lunes, octubre 09, 2017

Banderas

Las banderas sirven para tapar la mierda que los poderosos no quieren que veas.

Cuanto más grandes son, y más banderas hay, más tapan.

sábado, octubre 07, 2017

La manifestación blanca de ciudadanos de blanco

Hace ya 11 años que comencé a escribir como Ciudadano en blanco para defender, desde un blog, la democracia, en unos términos muy similares a los que hoy se utilizaban para convocar esta “manifestación blanca” del 7-O por el diálogo. El sentimiento y razones que me movieron a ello eran básicamente los mismos que refleja la convocatoria para esta movilización. Mi propósito era el mismo.
La única diferencia era que, en lugar de carteles o ropa blanca, mi llamamiento era a votar en blanco -con un matiz que ahora mismo no viene al caso-.

Hoy sigo defendiendo lo mismo. Sigo llamando al voto en blanco (o al nulo).
Y sigo convencido de que la lucha por la democracia hay que hacerla sin banderas.
Como así se ha pedido en esta “manifestación blanca”.

Sin embargo, en 2006, cuando empecé a escribir, me faltaba experiencia. Y conocimientos.
Durante todos estos años he aprendido. Mucho.

Y una de las cosas que he aprendido es que, se puede -y se debe- luchar por la democracia sin banderas, pero lo que no funciona, para nada, es hacerlo sin ideas -sin ideología-.

Salir a la calle a pedir diálogo, o democracia, sin saber qué es lo que está mal y qué habría que hacer para solucionarlo, es un gesto vacío, inútil. Un gesto bonito que tranquiliza la conciencia, pero que no vale para nada.

Puesto que “la gente tenemos que resolverlo”, hay que saber cómo resolverlo.
De cajón.

Por mi parte, como tantas otras veces, vuelvo a hacer el mismo llamamiento de siempre. El que llevo haciendo ya 11 años como “Ciudadano en blanco”.
Yo también digo “¡hablemos!”.

Hablemos de lo que está pasando. De por qué está pasando. De por qué este Sistema no funciona. Y de qué tendríamos que hacer, la gente, para solucionarlo.

viernes, octubre 06, 2017

Y el amo alza la voz

Hoy me he acordado de mi primera experiencia laboral. El habitual grupo de jóvenes explotado por una multinacional ávida de mano de obra barata y complaciente.
Transcurrido tal vez un par de años, hubo un pequeño conato de rebelión. Poca cosa, muy moderadamente, tan sólo una respetuosa petición colectiva de que “nos dejaran tranquilos”. Sin ánimo de dejar de echar horas extra sin cobrar, a tanto no se llegaba. La gente quería conservar el trabajo, pero el tema del maltrato psicológico no lo estaba llevando demasiado bien.
Pero incluso eso fue demasiado para los de arriba. Pasando por encima del Director del Centro, al que tal vez consideraron demasiado blando, enviaron desde Madrid al gran sheriff, el Director de Recursos Humanos a nivel nacional, para restaurar el orden entre la díscola masa trabajadora local.
Y puso orden, claro. Todo volvió a su cauce. Los jóvenes curritos agacharon sumisamente la cabeza y volvieron a su tarea, sin volver a repetir tamaña muestra de rebeldía.

Me ha venido a la cabeza este recuerdo -más o menos distorsionado por el tiempo-, cuando he visto la noticia de la amenaza de bancos y grandes empresas catalanas.

Me ha dado la impresión de que, ha llegado el momento de que se llame al orden a las revueltas masas de independentistas (y no independentistas) catalanes, que han tenido la osadía de pretender tomar por sí mismos una decisión que, en nuestro “democrático” Régimen, siempre ha estado ya tomada desde arriba.

El pueblo debe acatar y servir, y no pretender tomar decisiones. Eso ya lo hace el amo, por medio de sus leales esbirros, los políticos profesionales.

Que con esto de las masas me refiero a la gente, claro, no a los políticos del PDeCat, los cuales, igual los amos han considerado que no han sabido controlar adecuadamente a la plebe.

Y por eso ha llegado la hora de que el amo alce la voz, y ponga al populacho en su lugar.

El amo en persona. La oligarquía económica. Quienes realmente gobiernan en Cataluña.
Y en España.

Demostrando quién manda aquí.

lunes, octubre 02, 2017

"Si votar sirviera de algo, estaría prohibido" (y II)

A veces la realidad te devuelve tus propias palabras dándote en todos los dientes. Otras veces, te llevas una grata sorpresa.

Hace algo más de dos años escribía sobre ese dicho que dice que "si votar sirviera de algo, estaría prohibido".

Y vaya, ayer, 1 de octubre, en Cataluña, resulta que votar estaba prohibido.

viernes, septiembre 29, 2017

Referéndum en el barrio del Torreón

Los vecinos del barrio del Torreón están cabreados. Son muchos años ya de sufrir una situación de agresión continuada, cada jueves, viernes y sábado por la noche, más fiestas adicionales.
Los gobiernos municipales no solo no han actuado para proteger a los vecinos, al contrario, han favorecido el crecimiento y la consolidación del barrio como zona de ocio nocturno.
El pasado jueves se tomaron una serie de decisiones en el pleno relativas a esta cuestión.

Voy a especular un poco.

Voy a suponer que, pasado un tiempo prudencial, pese a esas decisiones del gobierno local, la situación de los vecinos del barrio no mejora.
Es un suponer.
Voy a suponer también que los vecinos recurren a la vía judicial, pero, dado que la Justicia nunca ha sido igual para todos, no da frutos.
Y sigue pasando el tiempo y todo sigue igual o peor.

Y voy a suponer que, en ese punto, una buena parte de los vecinos del Torreón llegan a tal nivel de cabreo y desencanto que deciden celebrar una consulta en el barrio para decidir si cierran todas las discotecas del barrio.
Así, unilateralmente. ¡Manda huevos!
No tienen poder legal para ello, pero lo deciden de todas maneras.

Un referéndum únicamente para los vecinos del barrio del Torreón, naturalmente. Es su barrio.

Que es bien posible que a los vecinos de los demás barrios les interese mantener las discotecas en el Torreón. Pero no les corresponde a ellos tomar esa decisión, precisamente porque las discotecas no están en sus barrios: están en el barrio del Torreón.
Por tanto, la decisión es de los vecinos del Torreón.
O eso voy a suponer que dirían los vecinos del Torreón.

Y se ponen a ello.

Y resulta que, aunque incluso una buena parte de los vecinos del Torreón están cómodos con las discotecas, se intuye una posibilidad de que en ese referéndum salga el SÍ: hay muchos vecinos muy cabreados.

Pero al gobierno municipal no le cuadra.
Así que, recurriendo a la legalidad vigente, el gobierno municipal prohíbe el referéndum. Envía a jueces y policías contra los vecinos del Torreón, confisca sus papeletas, su propaganda, sus urnas, les amenaza con multas con muchos ceros.

Pero los vecinos se ponen tercos, e insisten. Y el ayuntamiento hace venir a policías de Albacete para reforzar a los de aquí, que empiezan a parecer pocos. Los albaceteños leales los jalean al salir: ¡a por ellos!

Llegado a ese punto, algunos vecinos del resto de barrios de Ciudad Real, para mostrar su apoyo al gobierno municipal y a la legalidad vigente, ponen la bandera del municipio de Ciudad Real en la terraza.



No va a pasar, claro, esto es un pequeño cuentecillo de ficción política.

Pero por si acaso, voy a ver si me hago con una bandera local.

¡Por la unidad del municipio y el ocio nocturno en el Torreón!
¡Viva Ciudad Real!

lunes, septiembre 25, 2017

Así es como se lucha (y VI)

"Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados."
Sun Tzu. “El arte de la guerra”

Luchar por luchar no tiene sentido.
Luchar para intentar obtener la victoria.
Luchar estando derrotado de antemano.
Luchar para perder.

Es un sacrificio inútil de tiempo, de recursos, de vidas.

El 15M fue un magnífico ejemplo de a donde conduce el entusiasmo sin estrategia, el corazón sin cabeza.
Unos gritos y unos días de ocupación en la plaza.
Asambleas para muchas cosas, casi todas inútiles.
Mucho tiempo, recursos, energías y esperanzas malgastadas.
Para al final, volver al redil, esto es, a las urnas, a votar a los mismos perros, con distintos collares.

Para ese viaje no hacían falta alforjas.

Y con lo del muro de Murcia. 30 años de lucha estéril. Y suma y sigue.
Y con lo de Linares contra el desempleo brutal que sufren.
Y con los que piden una Sanidad digna en Algeciras.


¿O con lo del referéndum?

Si queremos cambiar las cosas, necesitamos saber en qué mundo vivimos.
Quién nos gobierna.
Cómo y con qué armas nos dominan.
De qué forma se pueden contrarrestar esas armas.
Con qué fuerzas contamos.
Cuáles son nuestras fortalezas, nuestras debilidades.
Qué tenemos que hacer para ganar.


Y así, primero ganamos, y luego, salimos, a la calle, a por la victoria.

Así es como se lucha, y así es como se gana.

sábado, septiembre 16, 2017

Así es como se lucha (V)

Piensa en global, actúa en local.

Es correcto, pero como todo en esta vida, no se puede tomarse como un rígido dogma de obligado cumplimiento.
A veces pensar en global implica actuar en global.

La lucha por los derechos de los usuarios de la Sanidad del Bierzo se ha planteado como una lucha local: un grupo de vecinos se encierra para defender su derecho a una atención sanitaria mínimamente digna.

Y su lucha podría funcionar si su enemigo fuera un enemigo de entidad igualmente local.
Pero no lo es.

El Gerente del Hospital del Bierzo no es un psicópata aislado que disfruta matando y torturando berzianos. Por el contrario, es un administrador que obedece órdenes de otros que mandan más que él: los políticos. Y estos, a su vez, obedecen órdenes de la oligarquía económica, que es la que realmente ostenta el Poder, en España, y en el actual mundo globalizado.
El enemigo es un enemigo global.

El deterioro deliberado de la atención sanitaria en España es generalizado. Es consecuencia de las políticas privatizadoras que convienen al Poder económico global.

Y en lo que respecta a la ejecución de esas políticas, los gerentes del Hospital del Bierzo -sea este de ahora, sus antecesores o sucesores- no están solos. Cuentan con el respaldo del gobierno que les ha colocado ahí. Con los recursos de ese gobierno (esto es, de un Estado). Con el apoyo de los grandes medios de comunicación. Con el apoyo del dinero. Con una aparente “democracia” de su lado. Etc.
Y en oposición a todo ello, un puñado de berzianos cabreados.
No hay color.

No podemos ganar una guerra global a nivel local, actuando cada pequeño grupo de combatientes como buenamente puede y siente.
Hay que luchar en todas partes a la vez, en todos los frentes, todo el tiempo. Unidos, coordinados, organizados. Con conocimiento. Con estrategia.

Hoy en día un grupo de usuarios del Bierzo luchan por sus derechos encerrados en un hospital. Guerra global, pero lucha local: lucha perdida.

Pero... ¿y si ese grupo de usuarios del Bierzo formaran parte de un gran colectivo o comunidad global de personas que defienden la dignidad, la vida... y por tanto... la democracia?
En ese caso, esas pocas personas lucharían -actuando localmente- por su salud, pero también estarían luchando por el objetivo común de todo el colectivo al que pertenecen, y al que defienden.
Y su fuerza, su credibilidad, sería la de todo el colectivo. No serían ya sólo un puñado de berzianos cabreados. Seríamos miles, decenas de miles, y algún día, cientos de miles de ciudadanos luchando por nuestra salud, nuestras vidas, nuestra dignidad.
En esas condiciones, no habría sólo un único encierro en un único hospital. Habría miles de encierros, ocupaciones, tomas de plazas, por todas partes.
Los usuarios encerrados en el Hospital del Bierzo no estarían solos. No estarían como están ahora. Con poco más que unas palabras de apoyo -eso cuesta poco-, de unos pocos, aquí y allí, sin que vaya a venir nada detrás de esas palabras.

En realidad es de sentido común. Como todo lo que escribo. La cuestión es... ¿por qué no lo estamos haciendo así? ¿Por qué no nos organizamos?

Es una guerra global. Y debe ganarse globalmente.

Actuando localmente -casi siempre-, pero también, puntualmente, actuando a nivel global.
Unidos, coordinados, organizados.

Esta guerra es de todos los seres humanos decentes -y conscientes-.
Por la Dignidad, por la Vida, por la Democracia.
Contra la Ignorancia, contra el Egoísmo, contra la Codicia, contra el Poder.
Y todos juntos tenemos que ganarla.



Cuando la clase obrera se organice en un cuerpo capaz de asumir acciones cada vez más numerosas y unificadas, habrá llegado la hora de la revolución, toda vez que el capitalismo sólo puede dirigir a individuos desorganizados.
En este escenario, la organización en sindicatos y partidos, originaria del capitalismo en ascenso, ya no tendrá la menor utilidad... Para desarrollar el combate será necesario, pues, que surjan nuevas formas de organización.” 
Anton Pannekoek

sábado, septiembre 09, 2017

Así es como se lucha (IV)

La atención sanitaria en el Hospital del Bierzo deja mucho que desear, a consecuencia de las políticas de privatización de la Sanidad. Un grupo de usuarios se encierra para reivindicar algunas mejoras esenciales.

Pero el Hospital del Bierzo tiene un Gerente, cargo nombrado por un gobierno del PP respaldado, en las urnas, por los votos de medio millón de castellano-leoneses.
Y no sólo por ellos. El gobierno del PP de Castilla-León es producto de unas elecciones cuyos resultados han sido aceptados por todos aquellos que han votado a un partido político para que les representara en las Cortes Regionales. Esto es, que el gobierno del PP en Castilla y León es producto de unas elecciones validadas por los votos de un millón trescientos mil castellano-leoneses.

Y más allá, está el gobierno nacional, las Cortes Generales y un Sistema Electoral respaldado, en España, por los votos de cerca de 24 millones de españoles.
Una mayoría de votos que respaldan un Sistema político que admite y produce esa privatización de la Sanidad.

Y así funciona la democracia, o eso dicen por la tele.

La gente expresa “su voluntad” “respetuosamente” en las urnas, elige un “representante” cada cuatro años, y al que no le gusta lo que hacen los gobiernos, puede protestar, pero no tienen por qué hacerle caso, porque para eso ya están las urnas. Ajo y agua.

Algunos no lo vemos así, claro. Algunos sabemos que no vivimos en democracia. Y unos pocos, poquísimos, sabemos que el sistema de representantes siempre fue oligarquía, que últimamente ha sido “convertido” mágicamente en democracia a costa de repetirlo una y otra vez por los medios de propaganda.

Pero la mayoría cree los dogmas de la tele. Y vota.

Y los que votan, no luchan. No se suman -de forma permanente- a ningún encierro, ocupación, huelga indefinida...

Los que no votamos y estamos dispuestos somos muy, muy pocos. No somos suficientes.

Para que algún día seamos suficientes, una parte de la gente que hoy vota tiene que dejar de hacerlo, para, en cambio, luchar, trabajar, construir.
Tenemos que hacer que esos -unos pocos, una parte- dejen de creer.

Es esencial, si queremos cambiar las cosas. Si queremos que, en lugar de luchar y perder, luchemos y ganemos.

Es un trabajo tan fundamental, tan necesario, tan importante, que debe hacerse todo el tiempo, en todo lugar, por todos aquellos que tengamos claro que el Sistema es parte del problema.
También en cada encierro, ocupación, acción directa.

Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
Es por ello por lo que debemos luchar en la calle. Encerrarnos en un hospital, tomar las plazas.
Es por ello que votar no sirve.

Pero si no lo decimos, si nos limitamos a ocupar los espacios sin explicar por qué tenemos que hacerlo, ¿qué legitimidad tenemos? ¿Por qué tendríamos que ser escuchados?

¿Y por qué la gente tiene que aceptar eso de que “la lucha es el único camino”? ¿Acaso no tenemos las urnas y la “democracia” para cambiar “civilizada y respetuosamente” las cosas que se hacen mal?

Esta omisión es algo en lo que hoy en día fallan absolutamente todos aquellos grupos que defienden la acción directa.
Actúan en su ámbito, pero no conciencian. No denuncian la farsa. No hacen nada por romper el adoctrinamiento. No justifican la legitimidad democrática de la lucha en la calle. No denuncian la ilegitimidad democrática de instituciones y parlamentos.

Hay que repetirlo una y otra vez. Explicarlo. Hablar a la gente de política. Educar. Concienciar.
Todo el tiempo, en todas partes.

El que lo vaya entendiendo, al que podamos desprogramar, podría estar dispuesto a ir más allá, y luchar.

Y algún día, tal vez, podríamos ser suficientes.


La GRAN ESTAFA ELECTORAL es uno de los factores clave que permite al Régimen mantenerse sólidamente pese a todo el mal que hace. Los mandamases lo saben, por eso utilizan cada día sus medios de propaganda para repetir una y otra vez que tenemos “democracia” -últimamente lo repiten mucho más de lo habitual, lo habréis notado, supongo-.

Si no actuamos también ahí, contra esa manipulación, ya hemos perdido.


"Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre."
Aldous Huxley

lunes, septiembre 04, 2017

Así es como se lucha (III)

Sigo con el caso de los usuarios de la Sanidad Pública encerrados en el Hospital del Bierzo. Hacen lo que tienen que hacer. Pero -en mi opinión- van a perder. ¿Por qué?

El primer factor clave ya lo comenté en el primer artículo: no puede haber más plazo de finalización de la lucha que el de la consecución de las reivindicaciones.

Y repito, consecución de las reivindicaciones, no de compromisos o promesas. Las promesas de un político no valen nada, bien que lo sabemos ya.

Y llegar a eso significa muchísimo tiempo de lucha.

Es algo que tal vez algunos saben (“no tenemos prisa”), pero pienso que no son realmente conscientes de las implicaciones de esa larga, larguísima duración.

La lucha no tiene plazo de finalización.
Esto es, que la acción debe planificarse para durar de forma indefinida.
O lo que es lo mismo, como si fuera a ser para siempre.

Eso implica organización.
Y como parte de esa organización, en el caso de un encierro, como mínimo, debe existir una planificación de turnos.
El mismo grupo de personas no va a aguantar encerrados toda la vida. Hay que hacer relevos.
¿Qué personas concretas van a estar presentes en el encierro de día y de noche, hoy, mañana, pasado mañana... el año que viene?

Si el encierro se plantea de duración indefinida, deben estar planificados los turnos con mucha antelación. Cuánto más, mejor.
Para unas reivindicaciones de este calado, un año no sería demasiado.

El hecho de poder anunciar públicamente, en septiembre de 2017, que ya está programado quienes van a estar encerrados en septiembre de 2018, con nombres y apellidos, aporta una fortaleza y una credibilidad enormes a la acción.
No poder afirmarlo, evidencia la debilidad del grupo: “son cuatro gatos”.
Y cuatro gatos se pueden ignorar: “ya se cansarán”.
Incluso se les puede echar a patadas, llegado el momento oportuno: “son cuatro gatos, no representan a los vecinos”.

Así que hay que planificar turnos. Dejar claro, a los de fuera, pero también a los de dentro, que el encierro es permanente.

Y además, hay que sumar vecinos a la lucha: una mañana cada tres meses, una tarde a la semana, las noches de una semana al año... lo que cada uno pueda, pero que se sumen.
Para sostener el encierro indefinidamente, pero también porque la lucha es de todos.

Si se consigue ese objetivo, si se puede afirmar -hoy- que hay personas dispuestas a mantener el encierro al menos un año... si todos tienen claro y son plenamente conscientes de lo que implica que la ocupación sea indefinida... entonces, tal vez, se pueda ganar.

Y así es como se lucha: para ganar.



- 3 personas para mantener el encierro por la noche.
- 5 por la mañana.
- 5 por la tarde.
Eso hacen 13 al día. 91 a la semana si todas hacen un turno semanal. 100 por tener margen.
100 personas, como mínimo. Concienciadas y dispuestas a quedarse ahí permanentemente, haciendo un turno de 8 horas a la semana.
Lo que hace falta para empezar a considerar que se puede ganar una batalla como esta.

jueves, agosto 31, 2017

Así es como se lucha (II)

En el artículo anterior ponía como ejemplo de lucha el encierro de usuarios de la Sanidad Pública en el Hospital del Bierzo. Llevan ya 38 días.

Lo que hacen, lo están haciendo bien. Y sin embargo, eso no basta.
Para que esta acción tenga alguna utilidad, y de paso, para que pueda servir como inspiración para otras -y extender la lucha-, debe pasar algo más.
Por lo pronto, deben ganar.

Voy a ser optimista, intentando ponerme en el mejor de los casos: que consigan prologar el encierro mucho, mucho tiempo, lo suficiente como para forzar una negociación.

Por supuesto, a nivel general no hay nada que rascar, ni en relación a las Unidades de Gestión Clínica, ni a las leyes estatales que validan la privatización. Demasiado premio para una lucha local.
Pero esto ya lo saben los encerrados. Las reivindicaciones generales están ahí como denuncia, pero lo que se lucha realmente son las reivindicaciones de su hospital.

En cuanto a eso, ¿qué cabe esperar?
Tal vez podría conseguirse alguna de las reivindicaciones menores de forma inmediata:
- Algunas reformas y reparaciones en el hospital, que al parecer hacen mucha falta.
- Reapertura de una parte de las camas cerradas.
- Tal vez incluso alguna contratación de personal, lo más necesario.

Para las restantes reivindicaciones, los políticos podrían ofrecer un compromiso de satisfacerlas paulatinamente, en la medida de lo posible, lo antes posible, reservando una partida del presupuesto a partir del año que viene, etc.

Naturalmente, en cuanto el encierro se disuelva, lo prometido se disuelve con él.
Hasta aquí todos deberíamos llegar. Sería un error muy grave contar con que los políticos cumplan con sus promesas, por mucho que estén escritas y firmadas. Ya tenemos experiencia de sobra como para tener claro que no lo van a hacer.

Y precisamente por ello, si al final se consiguiera ese acuerdo, el encierro no se podría disolver hasta que todas las reivindicaciones -o al menos, las que se consideren irrenunciables- estuvieran ya satisfechas, esto es, con el personal adicional necesario contratado y en funcionamiento.
Y ello implica prolongar el encierro todavía más. Estamos hablando de muchos meses, incluso, probablemente, años.
Pero la experiencia me dice que los encerrados -en su mayor parte- optarían en este caso por aceptar de inmediato el “acuerdo firmado” y cesar el encierro. Principalmente, por el desgaste, que pasará factura tarde o temprano. Ese desgaste provocará que los encerrados estén cada vez más receptivos a un posible acuerdo con más promesas que realidades.
Y caerán en la trampa.

Y no habrán obtenido nada.

Porque esas reivindicaciones menores que, en el mejor de los casos, podrían ver cubiertas, lo normal es que sean medidas que los políticos del PP iban a tomar de todas maneras. Entre otros motivos, por electoralismo: algo hay que hacer para sacar votos, no todo pueden ser promesas incumplidas.
Y así lo venderá el PP a sus votantes: “qué buenos y eficientes somos que pese a que no hay dinero priorizamos la atención sanitaria, algo que siempre pensamos hacer, porque la salud de los ciudadanos es lo primero y tal y Pascual”.
Los demás partidos -la oposición- venderán que lo que se ha hecho es gracias a su presión, por medio de la plataforma clientelar de turno, que por supuesto no ha apoyado nunca el encierro, y que ya hace tiempo llegó a un acuerdo con el Gerente Regional de Salud, con su compromiso correspondiente.
Y algún partido además se llevarán unos réditos extra por haber apoyado el encierro -con la boca pequeña, ya que no les interesa que este tipo de acción se extienda-, algo inútil en cuanto a conseguir las reivindicaciones, pero suficiente para cubrir las apariencias y seguir engañando a unos cuantos de sus seguidores más radicales -y más cándidos-.

Los partidos, al final, sacarán tajada del encierro. Todos ellos. Tienen los medios de comunicación para presentar los hechos a su conveniencia. Y para ocultar lo que les interese ocultar.

A los encerrados, en cambio, en cuanto abandonen el Hospital, se les ninguneará y se minimizará su aportación hasta quedar prácticamente en nada. Incluso el éxito que podría suponer forzar a la administración a negociar con ellos se diluirá debido a la posterior ausencia de resultados.

Y los vecinos, volverán a votar las próximas elecciones.
Y todo seguirá igual.

Y sí, cuando los encerrados sean conscientes de la tomadura de pelo, algunos querrán volver a encerrarse. Pero ya no podrán hacerlo.
Porque, primero, habrán perdido apoyo. El fracaso pasa factura. La gente deja de creer en la acción directa si esta se utiliza y no produce resultados.
Y segundo, el desgaste también habrá pasado factura. Muchos pensarán: “yo ya he cumplido, ahora le toca a otro”.
Pero no habrá “otro”, porque todo el mundo está pensando lo mismo: “qué bien está eso del encierro, de tomar la plaza, de la lucha en la calle... mientras el que haga los sacrificios no sea yo”.
O la otra versión: “que otro luche, que yo, voto”.

Tal vez me equivoque. ¡Ojalá! Pero por mi experiencia no veo que pueda acabar con éxito una acción como esta, en estos tiempos... a menos que se haga algo más, algo nuevo que cambie este final.
Hay que adaptar la lucha a nuestra realidad, a las circunstancias que vivimos hoy.
Acciones que hace 100 años, o hace 40... podían funcionar, hoy no funcionan. El Régimen ha evolucionado, ahora tiene armas mucho más poderosas, muchos más recursos, muchos más medios. Donde antes podíamos ganar, ahora ya no podemos.

A no ser que nosotros evolucionemos también.

Así, que, pregunto: ¿qué es lo que habría que hacer para que este final no se hiciera realidad?

lunes, agosto 14, 2017

Así es como se lucha (I)

Ponferrada, martes 15 de agosto de 2017: un grupo de combativos ”usuarios de la Sanidad Pública” lleva 23 días de encierro “contra la privatización de la Sanidad”, en el Hospital del Bierzo, centro de referencia de su comarca.


Supongo que no habréis sabido nada de ello, porque la noticia ha sido censurada en la práctica totalidad de medios de comunicación, más allá de unas míseras menciones en medios locales. Y hay buenas razones para ello.
Este encierro es un ejemplo de cómo debería ser la lucha por nuestros derechos, a día de hoy, en la España del 2017:

Una lucha a base de ejercer presión en “la calle”, nuestro terreno, el lugar donde hay que luchar, el lugar donde el pueblo puede tener fuerza.
No en las instituciones, los parlamentos o los gobiernos, que no son nuestros, ni nos representan, ni los controlamos, ni nos sirven. Ese es el terreno del Poder económico, sus siervos, sus secuaces.
En los parlamentos tenemos todas las de perder. En la calle, tal vez, podríamos ganar.

Una lucha de ciudadanos, sin partidos políticos, sin sindicatos de “representantes”, organizaciones todas ellas al servicio del Poder económico. Son sus herramientas, no las nuestras. Y su finalidad es precisamente llevarnos a su terreno, las urnas -al paso que nos dividen-, y sacarnos del nuestro, la calle.


Una lucha haciendo daño donde duele, sacando a la luz las vergüenzas del Régimen, aquello que se quiere ocultar. Y no sólo me refiero al maltrato inhumano y criminal a las personas, sino sobre todo a la causa, a esa privatización sibilina de la Sanidad, legalmente refrendada, que tiene lugar desde hace muchos años ya, en todas partes, y que TODOS los partidos políticos apoyan y han apoyado siempre (Ley 15/97, Unidades de Gestión Clínica...).


Y finalmente, una lucha sin plazo, una lucha de duración INDEFINIDA.
No puede haber más plazo de finalización de la lucha que el de la consecución de las reivindicaciones, esto es, en este caso, la garantía y consolidación de nuestros derechos.
Al contrario de las inútiles manifestaciones puntuales o huelgas de un día, acciones todas ellas sin fuerza alguna que no ejercen la menor presión sobre el Poder.
Ponerle plazo a una huelga, o a un encierro, no tiene el menor sentido, porque huelgas y encierros son una acción de desgaste, esto es, que gana el que más aguanta. Se puede decidir de antemano cuándo se inician, pero no cuándo se terminan.
Ponerle plazo a una huelga, o a un encierro, o a una acción cualquiera, equivale a anunciar al enemigo cuándo se nos acaba el fuelle, cuándo nos vamos a dar por derrotados.

Así que ahí tenéis, así es como se lucha.

O casi, porque la lucha, para ser eficaz, necesita todavía algo más.

Pero por hoy me quedaré con lo positivo. Con el ejemplo que nos da esta “Asamblea de Usuarios de la Sanidad Pública de El Bierzo y Laciana”.

Si quisiéramos cambiar las cosas, lo que están haciendo en el Hospital de El Bierzo, tendríamos que hacerlo en todas partes.

Bravo por ellos.

lunes, julio 31, 2017

Otro ejemplo más de manipulación

31 de julio de 2017. Telediario de las 15:00 de La 1.
Canal “público” que pagamos todos.
“Noticia” del día sobre el referéndum catalán.
Portavoces del PP y de C's soltando sus consignas. No entraré en detalle sobre la excusa del día porque vienen a repetir básicamente lo mismo todos los días.
Por supuesto, no se da oportunidad de réplica a la otra parte, JxSí y CUP, aunque son claramente parte implicada y son atacados tanto por PP y C's como por los propios comentaristas que dan la noticia "imparcial y objetivamente": en La 1, JxSí y CUP tienen asignado el papel de “malos” en el Spaguetti Western catalán.
De paso, aprovechando la coyuntura, también se ataca al PSOE -por su inacción-, al cual tampoco se le da oportunidad de defenderse. En este momento, en La 1, el PSOE también es de los “malos”.

Es un ejemplo modélico de manipulación. De libro.

Por un lado, al dar voz sólo a una de las partes, sesga la información en su favor.
Una y otra vez. Día tras día.
Hoy, La 1 es un canal de propaganda 24x7 en favor de PP y C's. Propaganda gratuita -para ellos-, pero que nos sale bien cara al resto de los españolitos.

Por otro lado, la guinda, la enésima repetición de lo de que en “democracia”, si así lo dice tal o cual ley, la gente no tiene derecho a decidir directamente, en referéndum.

¡En democracia la gente no puede votar!
¡Alucinante!
Y muchos, se lo tragan. A tal nivel de ignorancia llegamos.

Una versión, adaptada al caso catalán, de las palabras “nuestra democracia”, que se repiten decenas de veces cada día en prácticamente todos los medios de comunicación.
En nuestra democracia...”, “...en democracia...”, “...vivimos en una democracia...”, “...gracias a nuestra democracia...”, etc.

Si una mentira se repite suficientemente, acaba por “convertirse” en verdad. “Principio de orquestación”. Goebbels.

En fin, que es sólo un ejemplo, uno entre los muchos que nos inoculan cada día. Desde hace 40 años.
Podría escribir decenas de artículos como este todos los días, si tuviera tiempo. Porque la inmensa mayoría de las informaciones políticas de los grandes medios de comunicación son así. Sesgadas. Falsas, incluso cuando dicen algo que es cierto, ya que no hay mayor mentira que una media verdad.

Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.





P.D. Como curiosidad, la “noticia” siguiente era sobre el PSOE. Salía una imagen de los mandamases reunidos, y tras ellos, en la pared, en letras bien gordas, el lema de la actual “regeneración” -¿o es degeneración?- del PSOE: “Somos la izquierda”.

Si una mentira se repite suficientemente, acaba por “convertirse” en verdad.

Y, hoy en día, dado que es prácticamente imposible distinguir un gobierno del PSOE de uno del PP, tienen que repetirla mucho, mucho, para que algunos de sus votantes se la crean.

Así que repitan conmigo: Somos la izquierda, somos la izquierda, somos la izquierda. Vivimos en democracia, vivimos en democracia, vivimos en democracia. Amén.

viernes, julio 28, 2017

¿Por qué la gente todavía apoya al "partido de la corrupción"?

Cuesta entender que, a estas alturas de la película, varios millones de españolitos de a pie todavía mantengan su apoyo al “partido de la corrupción”. Más aún teniendo una alternativa ideoĺógica prácticamente idéntica a la que trasladar su apoyo.

Lo cierto es que los votantes fieles del PP tienen sus razones. Motivos diferentes a que “son idiotas” o que “son malas personas”, como algunos repiten irreflexivamente por ahí. Yo destacaría el miedo, fundamentalmente, el voto útil y el conservadurismo -por la edad-.

Sin embargo, pese a existir esos y otros motivos para votar al PP, muchos no-votantes de ese partido piensan que es evidente que la corrupción generalizada es lo suficientemente nociva como para anular cualquier otra consideración, y no entienden cómo los votantes del PP no lo ven.

Y sin embargo, no es tan difícil de entender.

Si una persona vota al Partido X -el que sea-, es porque piensa que los demás son peores opciones.

De perogrullo, ¿no?

La información que maneja el votante del PP le lleva a considerarlo la mejor opción -o al menos, la menos mala-.
Y de igual manera, la información que maneja el votante de, por ejemplo, Podemos, le lleva a considerarlo la mejor opción -la menos mala-.
Y con los demás, lo mismo.

Es tan sencillo como eso. La gente vota en función de la información que tiene.

Y... ¿por dónde llega esa información a las personas?
Obvio también: por medio de los grandes medios de comunicación. Especialmente, la televisión.

Los medios de manipulación del Régimen aportan la motivación necesaria y suficiente para mantener el volumen actual de votos concentrado en un reducido grupo de partidos.

Unos medios dirigen los votos a unos partidos, otros a sus presuntos competidores.

Y la gente hace lo que le dicen los medios que escogen para ser informados.

Y, en consecuencia, para unos pocos millones de personas, el PP no es el “partido de la corrupción”. Saben de sobra que hay corrupción en el PP, pero en los medios que siguen, a este factor se le resta importancia, mientras que otros factores se exageran para hacerlos mucho más relevantes de lo que son.
En cambio, para muchos millones de no-votantes del PP, ese partido es el “partido de la corrupción” y es lo peor de lo peor, porque así lo califican los medios que siguen.
Y las dos cosas a la vez no pueden ser ciertas. 

La información que los medios proporcionan no describe fielmente la realidad. Sin ser necesariamente falsa en su totalidad, en su mayor parte es un conglomerado de medias verdades -esto es, la peor de las mentiras-. Es sesgada, parcial. En unos medios hacia un lado, en otros, hacia otro.

Así, esa información hace que la gente vote al PP. Y lo mismo reza para los demás.

Y sí, si todos los medios fueran objetivos, imparciales, libres, e informaran de la verdad completa, por supuesto que apoyarían  al PP cuatro gatos.

Pero si así fuera, también apoyarían a Podemos cuatro gatos.
Y al PSOE. Y a C's. Y a todos los demás.

Si los medios dijeran la verdad completa, no votaría ni el Tato.

Pero como no la dicen, 25 millones de españoles votan a los partidos. Al PP entre ellos.

Sin democracia mediática, no puede haber democracia política.

Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.

viernes, julio 14, 2017

¿Y qué opina C's?

Una escena de una representación teatral:

Viernes 14 de julio de 2017.
Abre el informativo de las 15:00 en Castilla-La Mancha Televisión.
Avance de noticia: el PSOE autonómico le ofrece a Podemos entrar en el ejecutivo para desbloquear la aprobación de los presupuestos.
Tras el titular, una portavoz de C's sale comentando la jugada.
Siguiente avance.

¿Qué falla en esta escena?

Es obvio, ¿no? Mientras la estaba viendo me estaba “chirriando” el cerebro. Parece surrealista, de película de los Hermanos Marx.

¿Qué hace una portavoz de un partido que no tiene representación parlamentaria en la JCCM como único protagonista de una noticia que afecta a los dos partidos del gobierno (el oficial y el oficioso)?
Desde un punto de vista periodístico, es decir, atendiendo a su valor informativo, no tiene el menor sentido. En condiciones normales, cabría esperar primero declaraciones de los dos protagonistas, PSOE y Podemos. En caso de querer ampliar la información, lo lógico es preguntar su opinión al principal partido de la oposición, el PP. Y si después de ello se quiere hacer una cobertura mayor, pues sí, sería procedente una ronda de declaraciones de otros partidos relevantes a nivel regional, como Ciudadanos e IU. Y si ya se pretende actuar respetando los principios democráticos -que va a ser que no-, pues en esa ronda habría que incluir también a otros, a los pequeños, PACMA por ejemplo.
Esto es, que en orden de relevancia parlamentaria/gubernativa, que es el que siempre alegan los defensores de los medios de comunicación para ocultar la censura, C's tendría que haber sido el cuarto partido en aparecer soltando las bobadas habituales.
Pero ha sido el único.
Surrealista. De película de los Hermanos Marx.
O no.

Porque hay una explicación bien sencilla para este hecho: CMM TV le hace propaganda, gratis, a C's.

No es que sea algo que deba sorprendernos. Un medio de comunicación costeado públicamente haciendo propaganda gratuita a los partidos políticos. Ha sucedido cada día desde que empezó este nuevo régimen político electoralista.
Y en los medios privados, lo mismo.
Lavacerebros 24x7.

Tampoco es que sea una sorpresa que se le haga esa propaganda “extra” a C's. Un poco después de la irrupción de Podemos, momento en el que C's era un partido minoritario en Cataluña -o sea, no era nadie-, se le empezó a dar minutos en los grandes medios a nivel nacional. Muchos minutos. Y C's se convirtió en un partido relevante. A base de propaganda gratuita.

Lo que me ha llamado la atención, primero, es lo “descarado” de la propaganda. Solos, en plan protagonista, sin “camuflarlo” entre declaraciones de los actores principales.

Ni siquiera se molestan en disimular. Tan aborregada está la masa votante, que dan por sentado que no se van a dar cuenta ni de la manipulación más grosera.

Lo segundo que me ha llamado la atención es que sea una televisión del PSOE la que le haga la propaganda a su rival político.

Pero claro, eso también tiene una explicación sencilla: PSOE y C's son dos productos que pertenecen al mismo dueño. Como lo son los demás partidos que salen en los medios.
Y es lógico y normal que el dueño de un producto lo promocione en sus medios de propaganda.

Fin del apunte.

Que continúe la farsa.

¡Free, free, Freedonia!

jueves, julio 06, 2017

¡Somos vuestros amigos!

5 de marzo de 1921. La base naval de Kronstadt está sitiada por el Ejército Rojo. En ella resisten los marineros de Kronstadt, la última amenaza contra la dictadura del Partido Comunista tras la revolución de 1917.

Kronstad no era el último reducto del ejercito blanco, que había sido vencido meses antes. Los marineros de Kronstadt habían sido, hasta ese momento, puntal y orgullo de la revolución. Sus filas estaban formadas por anarquistas, socialistas revolucionarios, e incluso bolcheviques del partido comunista. Pero sus ideas sobre cómo debía ser el gobierno de Rusia diferían considerablemente de las de Lenin y los cabecillas del partido. Kronstadt defendía la autogestión, la libertad, la igualdad. No habían hecho la revolución para cambiar la dictadura zarista por la dictadura de un partido.
Pero la diferencia de fuerzas era abrumadora. Era cuestión de días que cayera Kronstadt.

En ese contexto, me llamó mucho la atención que algunos reconocidos intelectuales del anarquismo ruso remitieran una carta al gobierno exponiendo el daño que estaban haciendo "a la revolución" e instándoles a detener la agresión y a buscar un acuerdo negociado con Kronstadt. Una carta difícilmente explicable que denota una candidez impropia de personas con pleno uso de sus facultades mentales.

Por aquel entonces, las cárceles rusas llevaban tiempo rebosantes de anarquistas. Hacía escasos meses que el ejército rojo había arrasado la Ucrania majnovista, que, al igual que Kronstadt, había tenido la osadía de pretender auto-organizarse sin someterse al partido. La represión era ya una realidad patente y consolidada, y era absurdo seguir asumiendo que al gobierno le importaba lo más mínimo la libertad, el socialismo o la revolución, tal y como la entendían los anarquistas.

Pero sin embargo ahí estaban unos pocos todavía proponiendo -a los tiranos- pactos pacíficos y negociación.

Increíble. Impensable. Irracional.

Sin embargo, la ingenuidad de ese sector del anarquismo no es algo extraño. Al contrario, es, por desgracia, lo normal.

Al igual que, unos años antes, todavía muchos campesinos rusos pensaban que el Zar les amaba y que la tiranía a la que estaban sometidos era culpa de sus ministros y funcionarios corruptos -y que el Zar no sabía nada-, de igual manera, durante la revolución, al hacerse patente la represión, muchos revolucionarios todavía confiaban en el camarada Lenin, al que creían inocente e ignorante de todas las agresiones que venían sufriendo por parte de los cabecillas del partido.
Incluso mientras el gobierno difundía un discurso en el que se les acusaba literalmente de traidores y contrarrevolucionarios, se les encerraba, se les atacaba, se les fusilaba... todavía había muchos dentro del majnovismo, del anarquismo, del socialismo revolucionario, que pensaban que era posible la negociación o incluso, en el caso de los majnovistas, la coexistencia de una Ucrania autogestionada con una Rusia dictatorial.
Y qué decir de la ingenuidad posterior de los anarquistas en la guerra civil española, cuya consecuencia fue la traición, represión y aniquilación por parte del gobierno republicano.

Al pensar en estos hechos, me viene a la mente la imagen de los alienígenas de "¡Mars Attacks!", que, mientras van exterminando a los humanos, emiten con altavoces el mensaje ese de que "¡No temáis, somos vuestros amigos!".

Como si fuéramos tan ignorantes como para picar ante una mentira tan obvia.


Pues parece que lo somos.

Este "buenismo" de la izquierda es fatal.

Y hoy en día, por desgracia, sigue presente y plenamente vigente en nuestra sociedad.
Proceso electoral tras proceso electoral, podemos ver como los embaucadores de turno prometen y prometen parabienes para la gente, incumplen sus promesas una y otra vez, y la gente les sigue votando.
El deterioro social es evidente, y la gente les sigue votando.
Se vive cada vez peor, y la gente les sigue votando.
La represión ha dejado de hacerse soterradamente, se ejecuta visiblemente con impunidad, y la gente les sigue votando.

La Historia nos enseña lecciones, una y otra vez.

Pero no aprendemos.

domingo, junio 25, 2017

Democracia para esclavos

En el siglo I a.C. nació y vivió en la República de Roma un esclavo muy peculiar. Se llamaba Tirón, y fue secretario y confidente de Cicerón, el famoso orador. Tirón recibió educación, hasta el punto que no sólo sabía leer y escribir, sino que, entre otras muchas cosas destacables, fue el inventor de un sistema taquigráfico que ha pervivido hasta nuestros días (“&”, “Etc.”).

Tirón, pese a ser un esclavo, fue un privilegiado, si se compara con otros esclavos de su época, de otras épocas, incluso con muchas personas libres que han vivido y sufrido en todas partes desde el inicio de los tiempos. Fue bien tratado, tenía el sustento asegurado, tenía una considerable libertad para moverse y actuar según su criterio... incluso tenía dinero propio, cosa que no era rara entre determinados esclavos en Roma en aquellos tiempos. Tiempos en los que no era extraño que incluso algunas personas se vendieran a sí mismas para poder escapar de la miseria y la muerte segura que les esperaba si seguían siendo “libres”.

Sólo un necio dejaría de apreciar la calidad de vida de la que disfrutó Tirón. Pero, pese a ello, nadie afirmaría que Tirón disfrutaba de libertad o que tenía los derechos civiles que correspondían a un ciudadano romano libre. Porque Tirón era, oficialmente, un esclavo.

Hoy en día muchos disfrutamos en España de una calidad de vida privilegiada, si nos comparamos con otros países u otros tiempos. Incluso disfrutamos de libertad para ir casi a donde queramos e incluso para protestar abiertamente contra gobiernos e injusticias.
Pero la mayoría de la gente da por sentado que estos privilegios son producto de que en España, hoy, tenemos una democracia.
Sin motivo ni justificación alguna. Porque sí.
Es lo que dice el dogma oficial. La teleprogramación.

Sin embargo, ya hemos visto que privilegios y calidad de vida no son producto exclusivo de la democracia: también los puede tener un esclavo, siempre y cuando al amo le convenga concedérselos.

Y hoy, en España, y en algunos de los países de nuestro entorno, a los “amos” les está conviniendo condedernos algunos privilegios. Por circunstancias ajenas a nosotros, entre otras, por la lucha y sacrificios que hicieron otros que vivieron antes que nosotros, que consiguieron arrancar a los poderosos esos privilegios que hoy disfrutamos -y algunos más que ya hemos perdido-.

Pero son privilegios, dádivas, cesiones de los amos. No son derechos propios de una democracia. 

Si tuviéramos derechos, estos no nos podrían ser arrebatados a conveniencia del Poder.

Hoy, en España, nos dicen que tenemos derecho a una vivienda digna, y sí, algunos tenemos nuestra casa, pero a otros los echan de las suyas.
Nos dicen que tenemos derecho a asistencia sanitaria, y sí, a veces en los centros de salud nos atienden e incluso salvan nuestras vidas. Pero a algunos los colocan en una lista de espera y cuando les toca el turno, ya es tarde, y otros sufren negligencia y maltrato a consecuencia de la escasez deliberada de personal, instalaciones, recursos.
Nos dicen que tenemos derecho a un trabajo digno, pero muchos son explotados con jornadas propias de épocas pasadas y reciben a cambio salarios cada vez más miserables.
Nos dicen que tenemos libre derecho de reunión y manifestación, pero a algunos los apalean los matones oficiales del Régimen, y a otros los meten en la cárcel por montar un teatro de títeres o los multan por repartir propaganda.
Nos dicen que tenemos derecho a la vida, pero intoxican el aire que respiramos y el agua y alimentos que consumimos con sustancias cancerígenas que acaban con nuestras vidas. 

No tenemos derechos. Si los tuviéramos, podríamos garantizarlos, universalmente, para todos los seres humanos de este planeta, utilizando el Poder que proporciona a los pueblos la Democracia.

Que he dicho para TODOS, sí. Si nosotros tenemos un “derecho” y nuestro vecino no lo tiene, no es un derecho. Es un privilegio.
Y hoy, en este mundo globalizado, nuestros “vecinos” son todos los habitantes del planeta.

La Libertad y la Democracia, cuando las hay, son para TODOS.
Los derechos, cuando los hay, son para TODOS.
Los privilegios, para algunos.

Y hoy no podemos garantizarnos esos derechos. Porque no tenemos Democracia. No tenemos Poder.

Democracia es gobierno del pueblo. Y no gobernamos.
Votamos, pero no gobernamos.

Disfrutamos de unos privilegios concedidos graciosamente por los poderosos, en tanto les convenga concedérnoslos.
Privilegios que están siendo retirados ante la pasividad y sumisión que mostramos últimamente.
Lógico y normal: si saben que no nos vamos a defender, los poderosos nos pisotean un poco más.
Y seguirán haciéndolo mientras sigamos llenando obedientemente SUS urnas con nuestros votos.

miércoles, junio 21, 2017

"Izquierda" y "Derecha"

En estos tiempos de ignorancia y manipulación mediática generalizada, el término “democracia” no es el único que ha sido corrompido, en este caso para hacer creer a la gente en la farsa de los sistemas políticos parlamentarios “representativos”. Otras muchas palabras o ideas son tergiversadas una y otra vez en los medios de propaganda del Régimen, al igual, como no, que la Historia, que ha sido debidamente reescrita en parte, y olvidada por otro lado.

Como todos habréis leído ya “1984” sabréis perfectamente a qué me refiero.

Con el concepto de “izquierda” también han hecho lo mismo.

Hoy en día se oye mucho eso de que lo de “izquierda” y “derecha” es cosa del pasado, que a estas alturas esos términos ya no tienen sentido. Y en realidad es cierto, tan corrompidos están por la manipulación. Y es que, al igual que pasa con la “democracia”, casi todo lo que hoy se toma por “izquierda”, tampoco lo es.

Pero para combatir el lavado de cerebro está el sentido común, así que ahí vamos con ello. Empiezo con la derecha:

La “derecha” es y siempre ha sido ese sector de la sociedad que defiende la desigualdad. Son los que quieren que unos manden y otros obedezcan. Que unos tengan mucho y otros poco -o nada-. Que haya ricos y pobres.
Naturalmente, esa desigualdad se extiende a todos los niveles, no sólo a lo económico: castas, razas, clases sociales, naciones... y con ello, fronteras, patrias y banderas.
La sociedad que defiende la derecha es la del egoísmo como base de la conducta humana: todos compitiendo contra todos (individual y colectivamente) y que gane el que más se lo merezca. La ley del más fuerte.
A lo más “noble” que aspira una parte de la derecha -los “liberales”- es a una mal llamada “libertad” -otro término corrompido-, que ellos entienden como el debilitamiento de los gobiernos, para que estos no puedan recortar los beneficios de los que han tenido éxito en esa competición amoral y despiadada que ellos llaman “civilización”.
Esta posición se justifica de muchas maneras: que no se puede evitar, que el mundo es así, que la gente es egoísta por naturaleza, que siempre ha habido líderes y seguidores, que no hay recursos suficientes para todos, que si se da pan gratis la mayoría no trabajarían porque son unos vagos...
Dogmas y bobadas, pero por desgracia, grabadas a fuego en los cerebros de demasiadas personas.

Por otro lado, la “izquierda” es, obviamente, lo contrario: la izquierda defiende la igualdad. Que no haya unos que manden y otros que obedezcan, que los recursos disponibles se repartan equitativamente, que no haya ricos ni pobres.
Esto es, una sociedad basada en el altruismo, el respeto mutuo, la cooperación, la solidaridad, la justicia... y como para que exista todo eso debe existir también libertad y democracia -las de verdad-, pues libertad y democracia también son izquierda.

En base a ello, podemos posicionar realmente a actores presentes y pasados. Por ejemplo, al contrario de lo que predica el dogma oficial, el gobierno soviético “comunista” queda identificado, sin lugar a la duda, con la derecha. ¿Y el actual de Venezuela? Derecha. ¿Cuba? Derecha. ¿USA? Derecha. ¿España? Derecha. Etc.
En todos esos países hay unos pocos que mandan y un pueblo que obedece. En todos hay pobres y ricos. En todos gobierna la derecha.

Y con los partidos políticos lo mismo:
¿Qué partido hoy en día funciona sin jerarquías, sin líderes y seguidores?
¿Cuál defiende un gobierno del pueblo, esto es, con asambleas y referéndum, con ciudadanos -todos iguales- elegidos por sorteo, ejerciendo los cargos de forma temporal y rotatoria?

Todos los partidos políticos son de derechas (me refiero, como siempre, a los que cuentan, esto es, los que salen por la tele).

Y sus líderes, lo mismo. Por ejemplo, Iglesias el Gran Líder Supremo, ¿izquierda? Venga ya.

Y así, al contrario, una vez más, de lo que predica el dogma oficial, hoy nos encontramos con que la izquierda es una reducidísima minoría, en España, y en prácticamente todo el mundo.
Una minoría además invisible, porque está ausente de la televisión y de los parlamentos, herramientas ambas del Poder establecido, de los más ricos, de los triunfadores en la competición de la ley del más fuerte, del capitalismo, del neoliberalismo, esto es, de la derecha.

Izquierda y Derecha. Conceptos tan válidos hoy como en el pasado, fundamentales para ayudarnos a entender la sociedad que nos rodea.

Siempre y cuando uno rechace el dogma oficial y use la cabeza.

miércoles, junio 14, 2017

El gran error de la izquierda (y III)

Capitalismo en lo económico. Representación en lo político.

Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.

El Capitalismo como sistema económico y la Representación como sistema político han evolucionado y se han adaptado -en términos darwinistas-. A día de hoy, han conseguido imponerse globalmente sobre los demás sistemas “competidores”, cada uno en su ámbito.
Han sido “los más fuertes”. Han alcanzado la hegemonía. Temporalmente.

Sin embargo no lo han hecho de forma independiente. Política y Economía han ido de la mano, vinculadas, interrelacionadas, desde que hicieron acto de presencia simultánea, en algún momento y lugar de nuestra Historia.

Capitalismo y Representación han evolucionado juntos, se han hecho más fuertes juntos. Se han alimentado mutuamente, se han apoyado, se han reforzado uno al otro.

Simbiosis.

La actual hegemonía del capitalismo como sistema económico universal no sería posible sin la complicidad de los políticos profesionales de todo el mundo, que, desde su aparición, han servido a los ricos y poderosos, han ejecutado políticas que les han permitido enriquecerse y empoderarse cada vez más -a costa del Pueblo, casi siempre-, y han legislado para consolidar esas políticas y ese sistema.

Por su parte, los actuales partidos y líderes políticos “representativos” de todo el mundo no estarían donde están sin el apoyo del Poder económico y sus grandes medios de comunicación, que les han proporcionado los votos que han necesitado para estar ahí.
Ese poder económico también ha usado la maquinaria propagandística para vender las bondades imaginarias de la Representación como sistema político, incluso para convertirla, a ojos de casi todos, en “democracia”.
Más aún, el Poder económico ha tumbado gobiernos, ha provocado boicots, golpes de estado, revoluciones, guerras, para establecer gobiernos afines y/o regímenes representativos -”democracia occidental”, lo llaman-, allá donde le ha convenido.

Capitalismo y Representación comparten éxito, y comparten destino. Son dos caras de la misma moneda.

No se puede reemplazar uno sin reemplazar al otro.

Es estéril intentar atacar o modificar sustancialmente el Capitalismo mientras este sistema esté protegido por el poder político.

Por ejemplo, es estéril reivindicar el no pago de la deuda, o una renta básica en España, mientras los políticos que gobiernan -aquí y en todas partes- sirvan a los que quieren cobrar la deuda y a los que les conviene una buena cantidad de precariedad y miseria en este país, que les proporciona todos los trabajadores desesperados a precio de saldo que desean.
Y es estéril poner en marcha modelos económicos alternativos, bitcoins y faircoins, monedas sociales, mercadillos de trueque, bolsas de tiempo, cooperativas o asociaciones de consumidores responsables... con un sistema político entorpeciendo y desincentivando por un lado, favoreciendo la competencia desleal por otro.

Y así llegamos de nuevo al gran error de la izquierda de hoy. Pretender cambiar el sistema económico sin cambiar el sistema político. Pretender obtener una “economía del bien común” sin obtener simultáneamente una “política del bien común”, esto es, una democracia real.

Si queremos un sistema económico justo, necesitamos democracia.

Y no la tenemos.

O trabajamos por ambas cosas a la vez, o no tendremos ninguna de ellas.

jueves, junio 08, 2017

El gran error de la izquierda (II)

Una parte -demasiado pequeña- de las personas de izquierdas de hoy en día, aún mantiene la lucidez suficiente como para tener claro que, para poder alcanzar ese “Pan, Trabajo, Techo, e Igualdad” al que aspiran, es imperativo erradicar una lacra cuya mera existencia hace inviable la consecución de esos objetivos: el actual sistema económico, esto es, el Capitalismo.

Hoy, el Capitalismo establece las reglas de forma global. Y la consecuencia directa de la aplicación de esas reglas es la tendencia a generar, sostener y aumentar las desigualdades e injusticias.
Por ejemplo, la Pobreza, que es consecuencia directa del sistema económico que la genera. O los déficit en atención sanitaria -tanto en la “Sanidad Pública” como en la privada-, que son consecuencia directa de la priorización de lo económico sobre la vida humana. Etc.

Mientras sigan funcionando las mismas reglas económicas, ninguna lucha por cambiar las cosas tendrá efectos importantes o duraderos. Las trabas que impone el sistema económico impiden los grandes objetivos, mientras que las victorias parciales que se arrancan con tanto sacrificio, con los años, acaban por perderse de nuevo.
Como bien hemos podido comprobar hoy en día en nuestro país.

Cuando las reglas son perversas, cuando condicionan absolutamente el resultado final de lo que hacemos, no queda más remedio que cambiarlas si queremos resultados suficientes y permanentes.

Y por ello, hay personas de izquierdas que tienen claro que el Capitalismo es parte del problema.

Y en consecuencia, trabajan por modelos económicos diferentes variados, desde la clásica abolición de la propiedad privada, hasta la reciente, reformista y moderada propuesta de la “Economía del Bien Común” de Christian Felber, mucho más digerible para el domesticado ciudadano medio europeo de hoy en día.

Pero casi todas esas personas bienintencionadas se dejan el trabajo a medias.

Y es que, la misma lógica que se aplica a la Economía, igual hay que aplicarla a la Política: si el sistema económico es parte del problema, obviamente el sistema político también tiene que serlo. Exactamente por los mismos motivos: el sistema político hegemónico hoy en día, la “Representación” -con sus partidos políticos y sus parlamentos-, también impone las reglas a consecuencia de las cuales llegan la desigualdad y la injusticia.

Si cambiar las cosas requiere del cambio del perverso sistema de reglas en lo económico, por lógica también requerirá del cambio del perverso sistema de reglas en lo político.
De cajón.

Por desgracia, la consciencia de este hecho, pese a ser de sentido común, no está en las mentes de casi nadie. El lavado de cerebro funciona.

Y a consecuencia de ello, ahí tenemos a la gente de izquierdas pretendiendo defender sus objetivos, codo con codo con políticos y demás actores del Régimen, sujetos estos cuya misión es precisamente que esos objetivos se alcancen en el menor grado posible.

Y ahí tenemos a la gente de izquierdas pidiendo a la gente que se una a la “lucha”, codo con codo con políticos y demás actores del Régimen, que están ahí precisamente para mantener a la gente fuera de esa lucha, sumisa, dependiente, inmadura, limitada políticamente a echar un voto a una urna cada cuatro años.
Esto es, codo con codo con aquellos que trabajan contra la Democracia.

No se puede ser más incoherente.

Y por ahí, vamos mal. Por ahí sólo hay más Régimen. Por ahí está el Sistema.

Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.