lunes, septiembre 04, 2017

Así es como se lucha (III)

Sigo con el caso de los usuarios de la Sanidad Pública encerrados en el Hospital del Bierzo. Hacen lo que tienen que hacer. Pero -en mi opinión- van a perder. ¿Por qué?

El primer factor clave ya lo comenté en el primer artículo: no puede haber más plazo de finalización de la lucha que el de la consecución de las reivindicaciones.

Y repito, consecución de las reivindicaciones, no de compromisos o promesas. Las promesas de un político no valen nada, bien que lo sabemos ya.

Y llegar a eso significa muchísimo tiempo de lucha.

Es algo que tal vez algunos saben (“no tenemos prisa”), pero pienso que no son realmente conscientes de las implicaciones de esa larga, larguísima duración.

La lucha no tiene plazo de finalización.
Esto es, que la acción debe planificarse para durar de forma indefinida.
O lo que es lo mismo, como si fuera a ser para siempre.

Eso implica organización.
Y como parte de esa organización, en el caso de un encierro, como mínimo, debe existir una planificación de turnos.
El mismo grupo de personas no va a aguantar encerrados toda la vida. Hay que hacer relevos.
¿Qué personas concretas van a estar presentes en el encierro de día y de noche, hoy, mañana, pasado mañana... el año que viene?

Si el encierro se plantea de duración indefinida, deben estar planificados los turnos con mucha antelación. Cuánto más, mejor.
Para unas reivindicaciones de este calado, un año no sería demasiado.

El hecho de poder anunciar públicamente, en septiembre de 2017, que ya está programado quienes van a estar encerrados en septiembre de 2018, con nombres y apellidos, aporta una fortaleza y una credibilidad enormes a la acción.
No poder afirmarlo, evidencia la debilidad del grupo: “son cuatro gatos”.
Y cuatro gatos se pueden ignorar: “ya se cansarán”.
Incluso se les puede echar a patadas, llegado el momento oportuno: “son cuatro gatos, no representan a los vecinos”.

Así que hay que planificar turnos. Dejar claro, a los de fuera, pero también a los de dentro, que el encierro es permanente.

Y además, hay que sumar vecinos a la lucha: una mañana cada tres meses, una tarde a la semana, las noches de una semana al año... lo que cada uno pueda, pero que se sumen.
Para sostener el encierro indefinidamente, pero también porque la lucha es de todos.

Si se consigue ese objetivo, si se puede afirmar -hoy- que hay personas dispuestas a mantener el encierro al menos un año... si todos tienen claro y son plenamente conscientes de lo que implica que la ocupación sea indefinida... entonces, tal vez, se pueda ganar.

Y así es como se lucha: para ganar.



- 3 personas para mantener el encierro por la noche.
- 5 por la mañana.
- 5 por la tarde.
Eso hacen 13 al día. 91 a la semana si todas hacen un turno semanal. 100 por tener margen.
100 personas, como mínimo. Concienciadas y dispuestas a quedarse ahí permanentemente, haciendo un turno de 8 horas a la semana.
Lo que hace falta para empezar a considerar que se puede ganar una batalla como esta.

No hay comentarios: