viernes, septiembre 29, 2017

Referéndum en el barrio del Torreón

Los vecinos del barrio del Torreón están cabreados. Son muchos años ya de sufrir una situación de agresión continuada, cada jueves, viernes y sábado por la noche, más fiestas adicionales.
Los gobiernos municipales no solo no han actuado para proteger a los vecinos, al contrario, han favorecido el crecimiento y la consolidación del barrio como zona de ocio nocturno.
El pasado jueves se tomaron una serie de decisiones en el pleno relativas a esta cuestión.

Voy a especular un poco.

Voy a suponer que, pasado un tiempo prudencial, pese a esas decisiones del gobierno local, la situación de los vecinos del barrio no mejora.
Es un suponer.
Voy a suponer también que los vecinos recurren a la vía judicial, pero, dado que la Justicia nunca ha sido igual para todos, no da frutos.
Y sigue pasando el tiempo y todo sigue igual o peor.

Y voy a suponer que, en ese punto, una buena parte de los vecinos del Torreón llegan a tal nivel de cabreo y desencanto que deciden celebrar una consulta en el barrio para decidir si cierran todas las discotecas del barrio.
Así, unilateralmente. ¡Manda huevos!
No tienen poder legal para ello, pero lo deciden de todas maneras.

Un referéndum únicamente para los vecinos del barrio del Torreón, naturalmente. Es su barrio.

Que es bien posible que a los vecinos de los demás barrios les interese mantener las discotecas en el Torreón. Pero no les corresponde a ellos tomar esa decisión, precisamente porque las discotecas no están en sus barrios: están en el barrio del Torreón.
Por tanto, la decisión es de los vecinos del Torreón.
O eso voy a suponer que dirían los vecinos del Torreón.

Y se ponen a ello.

Y resulta que, aunque incluso una buena parte de los vecinos del Torreón están cómodos con las discotecas, se intuye una posibilidad de que en ese referéndum salga el SÍ: hay muchos vecinos muy cabreados.

Pero al gobierno municipal no le cuadra.
Así que, recurriendo a la legalidad vigente, el gobierno municipal prohíbe el referéndum. Envía a jueces y policías contra los vecinos del Torreón, confisca sus papeletas, su propaganda, sus urnas, les amenaza con multas con muchos ceros.

Pero los vecinos se ponen tercos, e insisten. Y el ayuntamiento hace venir a policías de Albacete para reforzar a los de aquí, que empiezan a parecer pocos. Los albaceteños leales los jalean al salir: ¡a por ellos!

Llegado a ese punto, algunos vecinos del resto de barrios de Ciudad Real, para mostrar su apoyo al gobierno municipal y a la legalidad vigente, ponen la bandera del municipio de Ciudad Real en la terraza.



No va a pasar, claro, esto es un pequeño cuentecillo de ficción política.

Pero por si acaso, voy a ver si me hago con una bandera local.

¡Por la unidad del municipio y el ocio nocturno en el Torreón!
¡Viva Ciudad Real!

lunes, septiembre 25, 2017

Así es como se lucha (y VI)

"Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados."
Sun Tzu. “El arte de la guerra”

Luchar por luchar no tiene sentido.
Luchar para intentar obtener la victoria.
Luchar estando derrotado de antemano.
Luchar para perder.

Es un sacrificio inútil de tiempo, de recursos, de vidas.

El 15M fue un magnífico ejemplo de a donde conduce el entusiasmo sin estrategia, el corazón sin cabeza.
Unos gritos y unos días de ocupación en la plaza.
Asambleas para muchas cosas, casi todas inútiles.
Mucho tiempo, recursos, energías y esperanzas malgastadas.
Para al final, volver al redil, esto es, a las urnas, a votar a los mismos perros, con distintos collares.

Para ese viaje no hacían falta alforjas.

Y con lo del muro de Murcia. 30 años de lucha estéril. Y suma y sigue.
Y con lo de Linares contra el desempleo brutal que sufren.
Y con los que piden una Sanidad digna en Algeciras.


¿O con lo del referéndum?

Si queremos cambiar las cosas, necesitamos saber en qué mundo vivimos.
Quién nos gobierna.
Cómo y con qué armas nos dominan.
De qué forma se pueden contrarrestar esas armas.
Con qué fuerzas contamos.
Cuáles son nuestras fortalezas, nuestras debilidades.
Qué tenemos que hacer para ganar.


Y así, primero ganamos, y luego, salimos, a la calle, a por la victoria.

Así es como se lucha, y así es como se gana.

sábado, septiembre 16, 2017

Así es como se lucha (V)

Piensa en global, actúa en local.

Es correcto, pero como todo en esta vida, no se puede tomarse como un rígido dogma de obligado cumplimiento.
A veces pensar en global implica actuar en global.

La lucha por los derechos de los usuarios de la Sanidad del Bierzo se ha planteado como una lucha local: un grupo de vecinos se encierra para defender su derecho a una atención sanitaria mínimamente digna.

Y su lucha podría funcionar si su enemigo fuera un enemigo de entidad igualmente local.
Pero no lo es.

El Gerente del Hospital del Bierzo no es un psicópata aislado que disfruta matando y torturando berzianos. Por el contrario, es un administrador que obedece órdenes de otros que mandan más que él: los políticos. Y estos, a su vez, obedecen órdenes de la oligarquía económica, que es la que realmente ostenta el Poder, en España, y en el actual mundo globalizado.
El enemigo es un enemigo global.

El deterioro deliberado de la atención sanitaria en España es generalizado. Es consecuencia de las políticas privatizadoras que convienen al Poder económico global.

Y en lo que respecta a la ejecución de esas políticas, los gerentes del Hospital del Bierzo -sea este de ahora, sus antecesores o sucesores- no están solos. Cuentan con el respaldo del gobierno que les ha colocado ahí. Con los recursos de ese gobierno (esto es, de un Estado). Con el apoyo de los grandes medios de comunicación. Con el apoyo del dinero. Con una aparente “democracia” de su lado. Etc.
Y en oposición a todo ello, un puñado de berzianos cabreados.
No hay color.

No podemos ganar una guerra global a nivel local, actuando cada pequeño grupo de combatientes como buenamente puede y siente.
Hay que luchar en todas partes a la vez, en todos los frentes, todo el tiempo. Unidos, coordinados, organizados. Con conocimiento. Con estrategia.

Hoy en día un grupo de usuarios del Bierzo luchan por sus derechos encerrados en un hospital. Guerra global, pero lucha local: lucha perdida.

Pero... ¿y si ese grupo de usuarios del Bierzo formaran parte de un gran colectivo o comunidad global de personas que defienden la dignidad, la vida... y por tanto... la democracia?
En ese caso, esas pocas personas lucharían -actuando localmente- por su salud, pero también estarían luchando por el objetivo común de todo el colectivo al que pertenecen, y al que defienden.
Y su fuerza, su credibilidad, sería la de todo el colectivo. No serían ya sólo un puñado de berzianos cabreados. Seríamos miles, decenas de miles, y algún día, cientos de miles de ciudadanos luchando por nuestra salud, nuestras vidas, nuestra dignidad.
En esas condiciones, no habría sólo un único encierro en un único hospital. Habría miles de encierros, ocupaciones, tomas de plazas, por todas partes.
Los usuarios encerrados en el Hospital del Bierzo no estarían solos. No estarían como están ahora. Con poco más que unas palabras de apoyo -eso cuesta poco-, de unos pocos, aquí y allí, sin que vaya a venir nada detrás de esas palabras.

En realidad es de sentido común. Como todo lo que escribo. La cuestión es... ¿por qué no lo estamos haciendo así? ¿Por qué no nos organizamos?

Es una guerra global. Y debe ganarse globalmente.

Actuando localmente -casi siempre-, pero también, puntualmente, actuando a nivel global.
Unidos, coordinados, organizados.

Esta guerra es de todos los seres humanos decentes -y conscientes-.
Por la Dignidad, por la Vida, por la Democracia.
Contra la Ignorancia, contra el Egoísmo, contra la Codicia, contra el Poder.
Y todos juntos tenemos que ganarla.



Cuando la clase obrera se organice en un cuerpo capaz de asumir acciones cada vez más numerosas y unificadas, habrá llegado la hora de la revolución, toda vez que el capitalismo sólo puede dirigir a individuos desorganizados.
En este escenario, la organización en sindicatos y partidos, originaria del capitalismo en ascenso, ya no tendrá la menor utilidad... Para desarrollar el combate será necesario, pues, que surjan nuevas formas de organización.” 
Anton Pannekoek

sábado, septiembre 09, 2017

Así es como se lucha (IV)

La atención sanitaria en el Hospital del Bierzo deja mucho que desear, a consecuencia de las políticas de privatización de la Sanidad. Un grupo de usuarios se encierra para reivindicar algunas mejoras esenciales.

Pero el Hospital del Bierzo tiene un Gerente, cargo nombrado por un gobierno del PP respaldado, en las urnas, por los votos de medio millón de castellano-leoneses.
Y no sólo por ellos. El gobierno del PP de Castilla-León es producto de unas elecciones cuyos resultados han sido aceptados por todos aquellos que han votado a un partido político para que les representara en las Cortes Regionales. Esto es, que el gobierno del PP en Castilla y León es producto de unas elecciones validadas por los votos de un millón trescientos mil castellano-leoneses.

Y más allá, está el gobierno nacional, las Cortes Generales y un Sistema Electoral respaldado, en España, por los votos de cerca de 24 millones de españoles.
Una mayoría de votos que respaldan un Sistema político que admite y produce esa privatización de la Sanidad.

Y así funciona la democracia, o eso dicen por la tele.

La gente expresa “su voluntad” “respetuosamente” en las urnas, elige un “representante” cada cuatro años, y al que no le gusta lo que hacen los gobiernos, puede protestar, pero no tienen por qué hacerle caso, porque para eso ya están las urnas. Ajo y agua.

Algunos no lo vemos así, claro. Algunos sabemos que no vivimos en democracia. Y unos pocos, poquísimos, sabemos que el sistema de representantes siempre fue oligarquía, que últimamente ha sido “convertido” mágicamente en democracia a costa de repetirlo una y otra vez por los medios de propaganda.

Pero la mayoría cree los dogmas de la tele. Y vota.

Y los que votan, no luchan. No se suman -de forma permanente- a ningún encierro, ocupación, huelga indefinida...

Los que no votamos y estamos dispuestos somos muy, muy pocos. No somos suficientes.

Para que algún día seamos suficientes, una parte de la gente que hoy vota tiene que dejar de hacerlo, para, en cambio, luchar, trabajar, construir.
Tenemos que hacer que esos -unos pocos, una parte- dejen de creer.

Es esencial, si queremos cambiar las cosas. Si queremos que, en lugar de luchar y perder, luchemos y ganemos.

Es un trabajo tan fundamental, tan necesario, tan importante, que debe hacerse todo el tiempo, en todo lugar, por todos aquellos que tengamos claro que el Sistema es parte del problema.
También en cada encierro, ocupación, acción directa.

Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
Es por ello por lo que debemos luchar en la calle. Encerrarnos en un hospital, tomar las plazas.
Es por ello que votar no sirve.

Pero si no lo decimos, si nos limitamos a ocupar los espacios sin explicar por qué tenemos que hacerlo, ¿qué legitimidad tenemos? ¿Por qué tendríamos que ser escuchados?

¿Y por qué la gente tiene que aceptar eso de que “la lucha es el único camino”? ¿Acaso no tenemos las urnas y la “democracia” para cambiar “civilizada y respetuosamente” las cosas que se hacen mal?

Esta omisión es algo en lo que hoy en día fallan absolutamente todos aquellos grupos que defienden la acción directa.
Actúan en su ámbito, pero no conciencian. No denuncian la farsa. No hacen nada por romper el adoctrinamiento. No justifican la legitimidad democrática de la lucha en la calle. No denuncian la ilegitimidad democrática de instituciones y parlamentos.

Hay que repetirlo una y otra vez. Explicarlo. Hablar a la gente de política. Educar. Concienciar.
Todo el tiempo, en todas partes.

El que lo vaya entendiendo, al que podamos desprogramar, podría estar dispuesto a ir más allá, y luchar.

Y algún día, tal vez, podríamos ser suficientes.


La GRAN ESTAFA ELECTORAL es uno de los factores clave que permite al Régimen mantenerse sólidamente pese a todo el mal que hace. Los mandamases lo saben, por eso utilizan cada día sus medios de propaganda para repetir una y otra vez que tenemos “democracia” -últimamente lo repiten mucho más de lo habitual, lo habréis notado, supongo-.

Si no actuamos también ahí, contra esa manipulación, ya hemos perdido.


"Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre."
Aldous Huxley

lunes, septiembre 04, 2017

Así es como se lucha (III)

Sigo con el caso de los usuarios de la Sanidad Pública encerrados en el Hospital del Bierzo. Hacen lo que tienen que hacer. Pero -en mi opinión- van a perder. ¿Por qué?

El primer factor clave ya lo comenté en el primer artículo: no puede haber más plazo de finalización de la lucha que el de la consecución de las reivindicaciones.

Y repito, consecución de las reivindicaciones, no de compromisos o promesas. Las promesas de un político no valen nada, bien que lo sabemos ya.

Y llegar a eso significa muchísimo tiempo de lucha.

Es algo que tal vez algunos saben (“no tenemos prisa”), pero pienso que no son realmente conscientes de las implicaciones de esa larga, larguísima duración.

La lucha no tiene plazo de finalización.
Esto es, que la acción debe planificarse para durar de forma indefinida.
O lo que es lo mismo, como si fuera a ser para siempre.

Eso implica organización.
Y como parte de esa organización, en el caso de un encierro, como mínimo, debe existir una planificación de turnos.
El mismo grupo de personas no va a aguantar encerrados toda la vida. Hay que hacer relevos.
¿Qué personas concretas van a estar presentes en el encierro de día y de noche, hoy, mañana, pasado mañana... el año que viene?

Si el encierro se plantea de duración indefinida, deben estar planificados los turnos con mucha antelación. Cuánto más, mejor.
Para unas reivindicaciones de este calado, un año no sería demasiado.

El hecho de poder anunciar públicamente, en septiembre de 2017, que ya está programado quienes van a estar encerrados en septiembre de 2018, con nombres y apellidos, aporta una fortaleza y una credibilidad enormes a la acción.
No poder afirmarlo, evidencia la debilidad del grupo: “son cuatro gatos”.
Y cuatro gatos se pueden ignorar: “ya se cansarán”.
Incluso se les puede echar a patadas, llegado el momento oportuno: “son cuatro gatos, no representan a los vecinos”.

Así que hay que planificar turnos. Dejar claro, a los de fuera, pero también a los de dentro, que el encierro es permanente.

Y además, hay que sumar vecinos a la lucha: una mañana cada tres meses, una tarde a la semana, las noches de una semana al año... lo que cada uno pueda, pero que se sumen.
Para sostener el encierro indefinidamente, pero también porque la lucha es de todos.

Si se consigue ese objetivo, si se puede afirmar -hoy- que hay personas dispuestas a mantener el encierro al menos un año... si todos tienen claro y son plenamente conscientes de lo que implica que la ocupación sea indefinida... entonces, tal vez, se pueda ganar.

Y así es como se lucha: para ganar.



- 3 personas para mantener el encierro por la noche.
- 5 por la mañana.
- 5 por la tarde.
Eso hacen 13 al día. 91 a la semana si todas hacen un turno semanal. 100 por tener margen.
100 personas, como mínimo. Concienciadas y dispuestas a quedarse ahí permanentemente, haciendo un turno de 8 horas a la semana.
Lo que hace falta para empezar a considerar que se puede ganar una batalla como esta.