sábado, septiembre 16, 2017

Así es como se lucha (V)

Piensa en global, actúa en local.

Es correcto, pero como todo en esta vida, no se puede tomarse como un rígido dogma de obligado cumplimiento.
A veces pensar en global implica actuar en global.

La lucha por los derechos de los usuarios de la Sanidad del Bierzo se ha planteado como una lucha local: un grupo de vecinos se encierra para defender su derecho a una atención sanitaria mínimamente digna.

Y su lucha podría funcionar si su enemigo fuera un enemigo de entidad igualmente local.
Pero no lo es.

El Gerente del Hospital del Bierzo no es un psicópata aislado que disfruta matando y torturando berzianos. Por el contrario, es un administrador que obedece órdenes de otros que mandan más que él: los políticos. Y estos, a su vez, obedecen órdenes de la oligarquía económica, que es la que realmente ostenta el Poder, en España, y en el actual mundo globalizado.
El enemigo es un enemigo global.

El deterioro deliberado de la atención sanitaria en España es generalizado. Es consecuencia de las políticas privatizadoras que convienen al Poder económico global.

Y en lo que respecta a la ejecución de esas políticas, los gerentes del Hospital del Bierzo -sea este de ahora, sus antecesores o sucesores- no están solos. Cuentan con el respaldo del gobierno que les ha colocado ahí. Con los recursos de ese gobierno (esto es, de un Estado). Con el apoyo de los grandes medios de comunicación. Con el apoyo del dinero. Con una aparente “democracia” de su lado. Etc.
Y en oposición a todo ello, un puñado de berzianos cabreados.
No hay color.

No podemos ganar una guerra global a nivel local, actuando cada pequeño grupo de combatientes como buenamente puede y siente.
Hay que luchar en todas partes a la vez, en todos los frentes, todo el tiempo. Unidos, coordinados, organizados. Con conocimiento. Con estrategia.

Hoy en día un grupo de usuarios del Bierzo luchan por sus derechos encerrados en un hospital. Guerra global, pero lucha local: lucha perdida.

Pero... ¿y si ese grupo de usuarios del Bierzo formaran parte de un gran colectivo o comunidad global de personas que defienden la dignidad, la vida... y por tanto... la democracia?
En ese caso, esas pocas personas lucharían -actuando localmente- por su salud, pero también estarían luchando por el objetivo común de todo el colectivo al que pertenecen, y al que defienden.
Y su fuerza, su credibilidad, sería la de todo el colectivo. No serían ya sólo un puñado de berzianos cabreados. Seríamos miles, decenas de miles, y algún día, cientos de miles de ciudadanos luchando por nuestra salud, nuestras vidas, nuestra dignidad.
En esas condiciones, no habría sólo un único encierro en un único hospital. Habría miles de encierros, ocupaciones, tomas de plazas, por todas partes.
Los usuarios encerrados en el Hospital del Bierzo no estarían solos. No estarían como están ahora. Con poco más que unas palabras de apoyo -eso cuesta poco-, de unos pocos, aquí y allí, sin que vaya a venir nada detrás de esas palabras.

En realidad es de sentido común. Como todo lo que escribo. La cuestión es... ¿por qué no lo estamos haciendo así? ¿Por qué no nos organizamos?

Es una guerra global. Y debe ganarse globalmente.

Actuando localmente -casi siempre-, pero también, puntualmente, actuando a nivel global.
Unidos, coordinados, organizados.

Esta guerra es de todos los seres humanos decentes -y conscientes-.
Por la Dignidad, por la Vida, por la Democracia.
Contra la Ignorancia, contra el Egoísmo, contra la Codicia, contra el Poder.
Y todos juntos tenemos que ganarla.



Cuando la clase obrera se organice en un cuerpo capaz de asumir acciones cada vez más numerosas y unificadas, habrá llegado la hora de la revolución, toda vez que el capitalismo sólo puede dirigir a individuos desorganizados.
En este escenario, la organización en sindicatos y partidos, originaria del capitalismo en ascenso, ya no tendrá la menor utilidad... Para desarrollar el combate será necesario, pues, que surjan nuevas formas de organización.” 
Anton Pannekoek

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