En estas situaciones
en las que son necesarios complicados pactos para formar gobierno, no
tardan en aparecer los apóstoles del sistema mayoritario para
reivindicar la supresión de partidos -cambiando el Sistema Electoral- con la excusa de garantizar la gobernabilidad.
Esto es,
reivindicaciones como que gobierne la lista más votada o la elección
en segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.
Desde el punto de
vista de la representatividad, una aberración.
Pero, bueno,
aceptando pulpo... eso de la gobernabilidad... ¿es bueno? ¿Para qué
sirve?
Ahora es cuando
algunos habrán pensado -una vez más- que qué es lo que me he
fumado. Mira que preguntar para qué sirve la gobernabilidad. O estoy
loco o soy tonto. ¿No es obvio?
Bueno, pues me lo
pregunto.
Según la RAE, decir
gobernabilidad es decir que el país puede ser gobernado. Sin más.
Esto es, la
gobernabilidad no implica si el país está bien gestionado o lo está
mal. Si hay más corrupción o menos. Si hay dictadura o democracia.
Etc.
No parece esto de la
gobernabilidad un requisito que dé muchas garantías, la verdad.
Por ejemplo, una
dictadura como la de Franco, según el criterio de la gobernabilidad,
es una forma de gobierno excelente. Estable, duradera, y sin el menor
problema a la hora de tomar las decisiones. Sin riesgo de cambios de
políticas. Sin discrepancias. Lo que decía el caudillo, se hacía.
Y punto.
Mucho mejor que
cualquiera de los actuales sistemas de representatividad
proporcional, donde existe el riesgo de que los partidos no se pongan
de acuerdo y no haya gobierno.
El hecho de que una
dictadura sea el no va más de la gobernabilidad, en mi opinión,
basta y sobra para desacreditar ese criterio y no darle el menor
valor.
Sin embargo, la RAE
tiene una segunda acepción del término. Gobernanza.
“Arte y manera de
gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo
económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano
equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la
economía”.
Que es algo más
preciso. Y mejor. Al menos excluye las dictaduras.
Y bajo esta segunda
acepción, el hecho de que haya varios partidos que tengan que
ponerse de acuerdo para escoger un gobierno, no es negativo. Al
contrario, es positivo. Abre la puerta a los consensos más amplios,
lo cual puede suponer más representatividad y leyes y políticas más
estables y duraderas, al haber sido consensuadas por más fuerzas
políticas con una masa más amplia de votantes.
No quiere decir que
vaya a ocurrir así, pero es más probable. Al menos en otro país
que no sea España.
Las mayorías
absolutas, en cambio, hacen que no se busquen acuerdos, que se
gobierne por imposición -de la minoría-, favorecen la brevedad de
las leyes y facilitan la corrupción. Gobernabilidad de la que no
interesa.
La ingobernabilidad con la que nos amenazan no es realmente un peligro. Es otro de los metemiedos que
utilizan para que nos traguemos lo que nos echan, nada más.
El problema que tenemos no es que no haya gobierno. Nuestro problema es que haya gobierno.
El problema que tenemos no es que no haya gobierno. Nuestro problema es que haya gobierno.
P.D. Hace muy poco,
los belgas estuvieron más de un año sin gobierno.
¿Tuvieron algún
problema -añadido- por ese motivo? No.
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