Pero… ¿cómo puede seguir votando la gente al PP y al PSOE?
Tal vez sea usted una de esas personas que se ha hecho esta pregunta después de los últimos procesos electorales, o que se la hará después de las próximas elecciones europeas del 25 de mayo.
Puede parecer inexplicable que estos dos partidos políticos sigan
contando con millones de votos, pese a que, a día de hoy, bien pocos
españoles puedan sentirse representados por los políticos que los forman
o por las políticas que aplican cuando ostentan el poder.
Hay personas que se creen que uno u otro lo hacen bien, desde luego, y
otras les votan por interés. Pero una parte muy importante de sus
votantes reconocen sin tapujos que no les representan y, sin embargo,
les van a votar… otra vez. ¿Por qué?
En realidad, lo que hace funcionar el bipartidismo es sorprendentemente sencillo… y eficaz: se llama MIEDO.
Es muy simple: se trata de utilizar una parte de los medios de
comunicación más importantes para inocular en las personas un miedo
extremo a uno de los dos partidos mayoritarios, a la vez que se ofrece
como única salida posible el voto al otro partido (voto útil, voto al menos malo).
El resto de los medios de comunicación se dedicará a hacer lo mismo, pero cambiando los partidos.
Así, una gran parte de los consumidores de los grandes medios de
comunicación votará a uno u otro partido mayoritario, no por sentirse
representado por ese partido, sino por ese terror inducido a la
potencial victoria del otro.
No funciona con todo el mundo, pero sí con la mayoría: millones de votos hurtados a partidos minoritarios... por miedo.
Y no hay más. Tan simple como eso.
Bueno, sí. Dos observaciones:
1) Si la gente vota por miedo a partidos que no les representan… es
decir, si vota a unos partidos concretos bajo COACCIÓN… no es libre de
votar a quien quiere.
Y si no hay libertad de voto, NO HAY DEMOCRACIA.
Y si no hay democracia… ¿va a importar qué partido gobierne
testimonialmente?
Si no hay democracia los ciudadanos no pintamos nada, y
quien gobierne, sea el que sea, servirá a otro Poder, uno que con total
seguridad está controlando a los dos partidos mayoritarios.
Por tanto sacrificar nuestra libertad de voto por evitar que ganen PP o
PSOE es un gesto inútil: ya gobierna el que controla a ambos partidos.
2) Bipartidismo implica alternancia de partidos. Es decir, unas veces
gobernará el PP, otras el PSOE, sin que podamos hacer nada para
evitarlo. Cuando gobierne el PP el pánico hacia ese partido crecerá (lo
que está pasando ahora) y la gente votará (por miedo) al PSOE para que
el PP pierda. Pero es que cuando gobierne el PSOE ocurrirá igual pero al
contrario, el voto del miedo devolverá el gobierno, de nuevo, al PP.
El mecanismo no falla, oiga.
Y es flexible, funciona también incluyendo partidos nacionalistas o partidos bisagra minoritarios; siempre y cuando estos estén dentro del Sistema, naturalmente.
Y dura… y dura… hasta que los votantes se bajen del tren del bipartidismo... o hasta que la cosa reviente. Más bien la segunda opción.
O… ¿será diferente esta vez?
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