domingo, diciembre 07, 2014

Barbarie, cerveza y fútbol

Hace unos días, en uno de los caminos por los que mi perro me suele sacar a pasear, apareció este vertido. A poco más de un kilómetro de las afueras de Ciudad Real.

No escribo aquí para condenar a los indeseables que van soltando sus desperdicios por donde les da la gana. Escribo porque este pequeño acto de barbarie no es gratuito ni inevitable. Tiene unas causas. Se puede extraer de ello una enseñanza.

Una foto ampliada del vertido:

Latas y botellas de cerveza. En cantidad.

No es casual. Determinadas prácticas van asociadas entre sí. Ponerse ciego de cerveza (o de alcohol) no es algo que suela ir asociado al respeto hacia los demás o al medio ambiente.
El culto al “pasarlo bien”, que se ha convertido en religión en nuestro país estos últimos años, no incluye el trabajo de recoger y limpiar lo que se ensucia. Por el contrario, trabajar no es “pasarlo bien”, y limpiar y recoger lo que se ensucia es de “pringaos”.
Dogmas de fe de la España “moderna”, “desarrollada” y consumista.
Lo que han mamado las nuevas generaciones. Que luego salen “NiNis”, como no puede ser de otra manera.

Ah, que... ¿a cuento de qué viene lo del fútbol del título? Lo de la cerveza es evidente, pero el fútbol...

Muy sencillo. Para mí, la escena es clara: una banda de cabestros reunidos, varones en su mayoría, bebiendo cerveza, sentados frente a una de esas teles gigantescas, berreando ante un partido de fútbol. ¿Qué si no?
Vale, es especulación, y han podido estar haciendo otras muchas cosas. Pero uno no se imagina a los de una tertulia literaria tirando residuos cerveceros por las cunetas, ¿verdad?
Lo del fútbol es una hipótesis más que plausible.

Y me permite lanzar mi crítica a esa otra forma de “pasarlo bien”, ese otro divertimento de masas, el fútbol como deporte profesional, el claro sustitutivo moderno del “Circo” del “panem et circenses” de los romanos. Herramienta de fanatización, idiotización y control de masas.
Hoy en día, el fútbol va asociado a la barbarie.
Y si este vertido no es una prueba de ello, tal vez esto sí lo sea:
http://www.eldiario.es/sociedad/critico-hinchas-Atletico-Madrid-Depor_0_330017194.html

En fin, no pretendo condenar a todos los bebedores de cerveza (entre los que ocasionalmente me incluyo) ni a todos los aficionados al fútbol (entre los que me incluí en mi juventud). No todos actúan así, obviamente. Muchos entienden tanto una cosa como la otra de una forma aceptablemente sana.

Pero la relación está ahí. No es algo excepcional, en absoluto.
Hay prácticas de nuestra sociedad que son asumidas masivamente como normales, incluso como algo vital, imprescindible para pasarlo bien o para ser alguien, o sentirte parte de un grupo, pero que son insanas, y vienen con un “regalo” asociado. En este caso, entre otras cosas, basura en el campo. En otros casos, los daños son mucho peores.

Si queremos un mundo donde la barbarie tenga mucho menos espacio del que tiene ahora, necesariamente, tendremos que asumir primero que hay muchas cosas que tienen también que cambiar en nuestra sociedad: entre ellas, tanto el fútbol, como la cerveza, tendrán que tener mucho menos espacio del que tienen hoy en día.


“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Albert Einstein.

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