La Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha está elaborando, en estos momentos, una Ley de Educación propia, castellano-manchega. La finalidad de esta ley no es otra que dar el respaldo legal necesario al brillante camino emprendido por nuestras autoridades regionales desde que, hace ya nueve años, asumieran las competencias en materia de educación, que se ha coronado exitosamente estos últimos años superando la cota del 30% de fracaso escolar. Nuestro sistema educativo es uno de los peores de España, lo que supone un gran logro, teniendo en cuenta que los diferentes sistemas educativos españoles están a su vez entre los peores de Europa.
Para obtener el máximo consenso posible en lo que a la elaboración de la Ley se refiere, la Consejería ha llevado a cabo una campaña de recogida de las aportaciones que los miembros de la comunidad educativa tuvieran a bien realizar. Todavía se pueden hacer propuestas aquí.
Una pequeña parte de la comunidad educativa ha respondido al ofrecimiento, y ha hecho una buena cantidad de sugerencias que podrían servir, de ser escuchadas, para arreglar un poco el soberano desaguisado que actualmente es nuestro sistema educativo regional.
Pero no caerá esa breva. Mucho me temo que el problema de nuestro sistema educativo no se va a resolver con esta Ley. Ni siquiera aunque contemplara las propuestas más necesarias de las realizadas por la comunidad educativa. Existen impedimentos demasiado grandes para ello.
Para empezar, los mandamases educativos hacen gala de una absoluta falta de autocrítica: están tremendamente satisfechos con su trabajo, y así lo repiten cada vez que tienen ocasión. El mensaje que transmiten es que, aun reconociendo que la situación del sistema educativo castellano-manchego es catastrófica, se está trabajando bien, incluso muy bien. La justificación de esta asombrosa afirmación es que antes la cosa era todavía peor -lo cual es, cuanto menos, discutible-, y que, en “sólo” nueve años la Junta no ha podido todavía mejorar suficientemente el deficiente sistema educativo que “heredó” del Estado español. Y es que en nueve años no da tiempo a nada, ya saben. Un instante insignificante.
Luego, puesto que lo están haciendo bien, no van a cambiar su forma de actuar.
Otra consecuencia de esta autocomplacencia es que no se buscan soluciones fuera. Puesto que lo hacemos bien, no necesitamos estudiar lo que hacen en otras partes, otros países, donde según esos malinterpretados informes PISA, la calidad de sus sistemas educativos es muy superior a la del nuestro.
Así que nada de ayudas externas.
Uno más. Existe un enorme desconocimiento de la situación real de nuestro sistema educativo, ya que sabemos que la situación es mala, pero no sabemos cuánto. Desde que la Junta decidió dejar de utilizar el informe PISA, el único dato que está manejando (al menos públicamente) es el número de suspensos y aprobados, el cual, como único indicador de la calidad del sistema educativo, es insuficiente. Al ser este número de aprobados el único indicador, el objetivo de la autoridad educativa es mejorar esa cifra, es decir, conseguir más aprobados. Y hay dos vías para obtener ese fin: la primera, elevando el nivel de formación de los alumnos; la segunda, bajando la exigencia a la hora de evaluarlos, o lo que es lo mismo, regalando los aprobados. La primera vía es difícil de conseguir, requiere voluntad, esfuerzo y capacitación; la segunda vía no requiere más que motivar ligeramente al profesorado para que suba las notas de los alumnos, aunque estos no mejoren, o incluso aunque empeoren. Adivinen cual de estas dos estrategias es la que está empleando la Consejería de Educación.
Se podría añadir mucho más, pero a grandes rasgos, están esbozados los motivos por los que la educación de nuestros alumnos no va a mejorar. Resumidos en uno, que no hay voluntad de que eso ocurra.
Pero eso no es lo peor. Lo más grave es que, en cierto modo, esta actitud negligente de las autoridades educativas está justificada, ya que, como comentó recientemente nuestro Director General de Personal Docente, tiene el respaldo de esa mayoría de votos recibida elección tras elección, desde hace ya 30 años. Este Sistema Educativo es como es porque una mayoría de castellano-manchegos así lo quiere, y así lo expresa en las urnas; o al menos, así lo permite. Y también se asume, en consecuencia, el daño que está causando, y el que va a causar, la incorporación a la vida de adulto de un creciente porcentaje de jóvenes cada vez más deficientemente formados.
En fin, esperemos que, por el bien de todos, por nuestro futuro, los castellano-manchegos cambien, lo antes posible, de parecer.
“Me parece esencial que haya pordioseros ignorantes. No debemos instruir a la mano de obra, sino al buen burgués”. Voltaire.
Escolarizar no es lo mismo que instruir.
3 comentarios:
HOLA!pues si la verdad esque el sistema educativo en España en general es desastroso y podrian buscar soluciones contra antes si ven que los alumnos estamos estancados que nos ayuden y no sean tan sumamente exigentes y que aqui nose trata de que profesor es el mas duro y el que mas alumno suspende sino el profesor que consiga un método por el cual la mayoria de sus alumnos consigan el aprobado .hay que buscar una solucion contra antes estube en islandia viviendo y no era ni parecido al sistema de aqui eran bastante mas liberales con los alumnos y las clases eran amenas no como aqui que parezen sermones en fin .. o buscamos una solucion o mal futuro veo
un saludo!me gusta su forma de enfocar las cosas
Hola, Nana, gracias por el comentario.
Hay que tener cuidado con lo que se desea: más que buscar que los alumnos aprueben, o que se diviertan, lo que hay que buscar es que aprendan, y mejor aún que adquieran la capacidad de aprender por sí mismos, algo que desde luego no se está consiguiendo, ni de lejos, ni con sermones, ni sin ellos.
El problema está en que sí que se está creando una línea de actuación de hacer las clases más "amenas" y de aprobar más, a la vez que los alumnos aprenden cada vez menos. Las autoridades educativas están "presionando" en esa línea, con la aquiescencia de una mayoría de padres de alumnos que prefieren que sus hijos aprueben y se diviertan a que aprendan.
Estoy de acuerdo en que hay que mirar fuera, Islandia tal vez, aunque yo preferiría Finlandia o Canadá, que encabezan las clasificaciones de calidad educativa. Sea como sea la educación allí, más amena o menos, más liberal o menos, hay que aprender de ellos...
Un saludo,
Buenas tardes.
Me gustaría que le echaras un ojo a este vídeo y, si es posible, a este libro del cual proviene esa pequeña conferencia de Juan Delval.
http://www.youtube.com/watch?v=GUVf5A3qw_c
http://www.casadellibro.com/libro-la-escuela-posible-como-hacer-una-reforma-de-la-educacion/832416/2900000845033
Los ciudadanos españoles necesitan, hoy más que nunca, una educación sólida y fuerte para salir de la crisis y para dejar de ser manipulados por los grandes líderes políticos nefastos que tenemos.
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