Menuda gracia lo del cambio de hora. Todos los años por estas fechas, la misma broma. El lunes de después del cambio, el despertador suena una hora antes. Una hora menos de sueño, así, por las buenas. ¿Quién sería el gracioso al que se le ocurrió gastarnos esta bromita a los españoles?
Según dicen, se ahorra energía. Aunque la deben ahorrar los demás, porque en mi casa el ahorro no se nota lo más mínimo.
En cambio, lo que sí he notado estas últimas dos semanas ha sido la falta de sueño: dolores de cabeza, irritabilidad, somnolencia, falta de concentración... todo ello gracias al cambio de hora. Y es que hay afortunados a los que no les afecta el cambio, pero otros no tenemos esa suerte.
Si verdaderamente cambiar la hora estuviera justificado, si verdaderamente se ahorrara una cantidad significativa de energía, tendría sentido el sacrificio que algunos hacemos con esto del cambio horario. Pero... ¿es así? ¿De verdad se ahorra energía?
Tal vez hace 30 años así ocurría. O tal vez en los países del norte de Europa, que tienen menos horas de luz en invierno y más en verano, tenga sentido cambiar la hora. Pero lo que es en España, en este año 2008, no lo tiene.
Y si lo tiene, que lo demuestren.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad pública adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, justifica la idoneidad de la medida en un estudio realizado en el año 1999 por encargo de la Comisión Europea. Sin embargo ese estudio no está fácilmente accesible al público: ni se puede descargar de la web del IDAE, ni de la del Ministerio. Está, por así decirlo, oculto.
La únicas referencias a ese misterioso estudio que he podido encontrar hablan de un ahorro de energía de entre un 0% y un 0,5%. Es decir, nada o casi nada.
El IDAE, por su parte, “estima” un ahorro que “puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación”, pero sólo en caso de un “comportamiento responsable en el hogar” y de “utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural, en edificios del terciario y en industrias”. Vamos, que si nos ponemos a ello, ahorramos energía, evidentemente. Lo que no dice el IDAE es si ese ahorro del 5% es debido al comportamiento responsable de ciudadanos y empresas, o al cambio de hora. Que más bien va a ser lo primero.
Conclusión: por lo que sabemos, de ahorro energético, nada o casi nada.
Busquemos otra justificación: ¿qué otras ventajas supone el cambio horario?
Seguro que muchos estarán pensando en lo agradables que son las largas tardes de primavera y verano, en cómo se puede aprovechar esa hora adicional de luz vespertina.
Estoy de acuerdo. Me gusta el horario de verano, me gusta esa hora adicional de luz solar por las tardes. Y si encima, ese horario supone un ahorro energético, pues mejor. Bienvenido sea el horario de verano.
Pero, fíjense, lo que apreciamos es el horario de verano, no el cambio de hora.
Es decir, si el horario de verano es “el bueno”... ¿por qué lo cambiamos? ¿Por qué volvemos al horario de invierno en octubre? ¿Por qué renunciamos a esa hora de luz extra en las tardes de noviembre a marzo?
No hay ningún motivo para hacerlo.
En fin, esto del cambio de hora tampoco es que sea excesivamente grave. Pese a unos cuantos días malos que algunos habremos pasado, nuestros políticos cometen tropelías con consecuencias mucho peores que algún que otro dolor de cabeza. Pero aun así, el cambio horario es un ejemplo especialmente significativo de un hecho que sí es tremendamente preocupante: la situación de subordinación que tenemos los ciudadanos españoles con respecto a la clase política.
Los políticos nos dicen que adelantemos la hora, y la adelantamos. Nos dicen que la atrasemos, y la atrasamos. Nos dicen que votemos SI a la Constitución Europea sin leerla ni entenderla, y así lo hacemos. Los políticos disponen y, tenga sentido o no lo que ordenen, los ciudadanos obedecemos.
Espero que algún día los españoles se den cuenta de que, en una democracia, los ciudadanos mandan y los políticos obedecen. No al revés.
3 comentarios:
Yo lo veo inútil también, porque la hora que atrasas, resulta que si antes te lavantabas de día, ahora con el cambio de hora lo haces de noche o al revés? Esto es un lío, pero desde luego influye en el carácter, en el ritmo de sueño y en todo. Saludos.
Sin más. Como tu dices, le estado de postración mental que tiene la gente es increíble. Acatamos todo sin cuestionamiento, nadie alza su reproche, ya sea por cansancio o por apatía. Estamos sumidos en un estado de inercia mental que todavía no alcanzamos a comprender que el político está al servicio del ciudadano, se debe a la democracia, por lo tanto, al DEMOS, a la mayoría. Pero no, nos dejamos arrastrar por la corriente dirigida de las esferas BURROcráticas del poder, que no es más que una red de manipulaciones para determinados fines partidistas.
esty complretamente de acuerdo.¿quien se estara beneficiando para que siga cambiandose a pesar de no servir pa na?tampoco me parece bien que tengamos el sistema horari de alemania y italia cuando nos corresponde el de inglaterra y portugal geograficamente.en muchas zonas españolas, en la mayoria,el sol en verano es insoportable, nos tenemos que defender de el,cerrando ventanas,imprescindible el aire acondicionado...entonces ¿POR QUE NOS PONEN UNA HORA MAS EN VERANO, SI LOQUE TENIAN QUE HACER ES QUITARLA?
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