sábado, marzo 07, 2009

La participación ciudadana, según los políticos


En este artículo describo cómo se está organizando hasta ahora la participación ciudadana en el municipio donde vivo, Ciudad Real, aunque posiblemente encontrarán muchas similitudes con lo que está ocurriendo en otros municipios españoles. He pensado que puede ser útil conocer nuestra experiencia, así como también me gustaría conocer, de primera mano, cómo se están desarrollando las distintas experiencias "participativas" en otros municipios.



La participación ciudadana en Ciudad Real


“Nosotras, ciudades, garantizaremos el acceso a la información a todos los ciudadanos y grupos interesados y velaremos por que puedan participar en los procesos locales de toma de decisiones.”
Carta de Aalborg, Dinamarca, el 27 de mayo de 1994


Este compromiso fue adquirido en el 2004 por el anterior alcalde de Ciudad Real, José María Gil Ortega, al firmar la adhesión del Ayuntamiento a la Red de Ciudades y Pueblos Sostenibles de Castilla-La Mancha. Esta Red está formada por un conjunto de Entidades Locales que se han comprometido a implantar y desarrollar la Agenda 21 Local, “una moderna herramienta de gestión municipal cuyo objetivo es el desarrollo sostenible del municipio” y que, para ello, asume la participación ciudadana como uno de sus pilares fundamentales.


Ciudad Real: un modelo de participación ciudadana

Tengo que reconocer que Ciudad Real es sin duda un modelo a destacar en lo que a gestión de la participación ciudadana se refiere; incluye, nada menos, cuatro vías de participación: El Consejo de Participación Ciudadana, el Plan Estratégico Ciudad Real 2015, la Agenda 21 Local y el Presupuesto Participativo. Intentaré describirlas brevemente, intentando seguir un orden cronológico aproximado desde su aparición:


1) El Consejo de Participación Ciudadana

El nacimiento de este consejo se origina en la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, del año 1985, en la que se regula la participación de los vecinos en la gestión municipal. Once años después, el Ayuntamiento elaboró un reglamento donde se menciona la futura constitución del Consejo de Participación Ciudadana, que en estos momentos ya es una realidad.
Este Consejo tiene carácter consultivo; también, pese a su nombre, está vetado a los ciudadanos que pudieran querer participar a título individual, dando lugar a una curiosa paradoja: un Consejo de Participación Ciudadana sin la participación de los ciudadanos.

Cabe destacar de este Consejo su escasa representatividad: los 7 u 8 presidentes de asociaciones vecinales que se molestan en acudir a sus reuniones, deben representar, siendo generosos, a unas decenas de ciudadrealeños (sus asociados); y eso suponiendo, y es mucho suponer, que representen a alguien más aparte de a sí mismos. El resto de los 70.000 vecinos de este municipio no están contemplados como posibles sujetos con derecho a participar.

El resultado práctico de este consejo es el siguiente: una vez al año, se reúnen algunos presidentes de asociaciones de vecinos con el alcalde, presentan algunas quejas y propuestas que van a ser ignoradas, se toman unas fotos para sacar una escueta noticia en los medios, y se despiden hasta el siguiente pase de la función.


2) El plan estratégico “Ciudad Real 2015”

Como muestra de la alta consideración en la que el anterior alcalde tenía al Consejo de Participación Ciudadana, creó otra vía alternativa de participación.
El plan estratégico 2015 es una iniciativa que se ha puesto en marcha en diversos municipios ligada a la Agenda 21 Local. Se trata de definir "un modelo de ciudad, y unos ejes estratégicos a alcanzar en el municipio en un horizonte temporal lejano”. En principio, son los ciudadanos los que definen, en los órganos de participación asociados a la Agenda 21, el modelo y el plan.

Pero en Ciudad Real no ha sido así. En el 2005, el gobierno local presentó el plan estratégico. En 2007, mostrando una velocidad inusualmente sorprendente, y ahorrando a los ciudadanos la molestia de tener que participar, ya había proporcionado el “Plan Operativo Ciudad Real 2015”, que es, en palabras de la actual alcaldesa, “el conjunto de proyectos que transforman la voluntad de la ciudadanía sobre el futuro deseado para la ciudad a largo plazo, en actuaciones reales y concretas, ejecutables en el corto plazo”. El plan operativo “recoge proyectos concretos y especifica los detalles de ejecución de los mismos, tales como, fechas, líneas de actuación y presupuestos estimados”. Algunos de esos proyectos ya se están ejecutando.

También se ha creado una asociación, “Ciudad Real 2015”, para elaborar y hacer seguimiento del Plan Operativo. Los miembros fundadores de la asociación han sido: Ayuntamiento de Ciudad Real, Asaja, Caja Castilla-La Mancha, Caja Rural de Ciudad Real, Cámara de Comercio, CEOE-CEPYME, CSI-CSIF, IMPEFE, UGT, USO, Unión Interprofesional y Universidad de Castilla-La Mancha. La asociación está abierta a otros miembros (“de Número”) y a algunas personalidades relevantes, siempre que sean del agrado de los fundadores. Naturalmente, siguiendo la particular interpretación de la alcaldía de lo que es la participación ciudadana, la asociación está vetada a los ciudadanos de a pie. Además, para hacer más selecto este club privado, los miembros fundadores y los “de Número” son “de pago”.

El Plan Operativo Ciudad Real 2015: cómo se hizo

La elaboración del Plan operativo se realizó contando adicionalmente con la colaboración de algunos colectivos asociativos, sindicatos, empresarios y organismos municipales, y con la consultora Soluziona como encargada de organizarlo todo. Se siguió un procedimiento ya estandarizado en España para estos casos: mesas temáticas donde los colaboradores hicieron propuestas, debatieron, rellenaron unas encuestas en las que puntuaban diversos aspectos de las propuestas, y con ello se realizó una baremación: los proyectos mejor puntuados conformaron el Plan.
Como se podía esperar, las carencias participativas en la elaboración del Plan fueron considerables, entre otras, estas dos:
- Al igual que el Consejo de Participación, la elaboración del Plan no ha estado abierta a la ciudadanía. Tampoco lo está ahora, cuando sigue siendo necesaria para el control y seguimiento del desarrollo de los proyectos, que pueden ser ejecutados, o no, a capricho del gobierno local.
- La falta de proporcionalidad representativa de los colaboradores, constituyéndose mesas de trabajo en las que el número de participantes ligados al sector público o empresarial era muy superior al de otros colectivos sociales o cívicos. Esto ha resultado decisivo a la hora de puntuar los proyectos, otorgando un carácter marcadamente empresarial al Plan Operativo.


3) La Agenda 21 Local

Ciudad Real ya tiene un Plan Operativo producto, según la alcaldesa, de “involucrar a la sociedad con una participación permanente para tomar decisiones estables”.
Pero todavía falta que los ciudadanos participen en algo, aunque sea de forma testimonial, para darle un atisbo de credibilidad a eso de “involucrar a la sociedad”. Para eso está la Agenda 21.
La Agenda 21 Local persigue básicamente el mismo objetivo que el Plan Estratégico, ornamentado con el concepto de desarrollo sostenible del municipio. En palabras del Concejal de Medio Ambiente: “es un proyecto de desarrollo municipal basado en el modelo de desarrollo sostenible”.
La empresa PYEMA S.L. se está encargando de la implantación de la Agenda 21 en Ciudad Real. El procedimiento de desarrollo de la Agenda 21 se inicia con una fase de diagnóstico, en la que se recogen datos sobre la ciudad, y una fase de participación, en la que “mediante unas mesas formadas por la población interesada, se debatirán todos aquellos aspectos que se consideren importantes y que conciernan a Ciudad Real”. Los resultados de ese “debate” tomarán forma en una serie de propuestas con las que se debería elaborar un plan operativo.
El Control de la Agenda 21 se va a realizar desde otro consejo, el Consejo Local de Sostenibilidad, formado “por representantes del Consistorio y de todas las asociaciones y colectivos que tienen que ver con el medio ambiente y el consumo, además de asesores en la materia de otras administraciones e instituciones”. Es decir, más o menos los mismos actores presentes en la Asociación Ciudad Real 2015 más alguna asociación extra. Me han informado desde el Área de Sostenibilidad que tal vez podrían incluirse en este Consejo representantes de las mesas de participación.

El Consejo Local de Sostenibilidad debería haber iniciado hace meses su andadura, y las mesas de participación ya deberían haberse convocado, pero el tiempo pasa y no hay noticias al respecto. Está claro que esto de la participación ciudadana, en Ciudad Real, no es una prioridad.

De qué va a servir la Agenda 21

Supongo que no soy el único que se puede estar preguntando en estos momentos que, dado que el Plan Operativo ya está terminado, ¿qué demonios van a decidir ahora los ciudadanos? ¿Van a hacer otro plan que reemplace al anterior, que está empezando a ejecutarse?
Lo cierto es que es difícil intentar adivinar qué tienen pensado los políticos locales para la Agenda 21, si es que tienen algo en mente más allá de retrasar su implantación todo lo que puedan y hacer un tímido llamamiento a participar a ver si, cuando convoquen las mesas, no se presenta nadie. Esta táctica ya se ha empleado, con éxito, en gran parte de los municipios españoles.

También hay que tener en cuenta otra cuestión clave: la decisión sobre los proyectos seleccionados por el Consejo Local de Sostenibilidad corresponde finalmente a la alcaldía, ya que las decisiones del consejo no son vinculantes. Lo mismo que ocurría con el Consejo de Participación y también con el Plan Operativo Ciudad Real 2015. Así, la alcaldesa puede hacer caso omiso de las propuestas que no sean de su interés, aunque hubieran sido seleccionadas por los ciudadanos. Este hecho, además de desincentivar en gran medida la participación, en la práctica deja sin sentido todo el proceso: al final, el gobierno local únicamente tiene en cuenta las propuestas que coinciden con sus planes.



4) El Presupuesto Participativo

El presupuesto participativo es un proceso en el cual una parte del presupuesto municipal es gestionado directamente por los ciudadanos. El procedimiento de trabajo suele ser similar a los que ya se han descrito, sólo que abierto a la ciudadanía: consejos o mesas sectoriales o asambleas vecinales y/o consejo o asamblea general; en este caso, son los vecinos (y no la alcaldía) los que deciden qué proyectos se realizan con la parte del presupuesto disponible.
En 2008 debería haber existido en Ciudad Real una partida asignada al presupuesto participativo, pero no fue así. De momento es una promesa incumplida más.
Así, esta cuarta vía de participación es más bien una vía virtual, más que material. Pero, para completar el cuadro, ahí queda.

Nota: Los presupuestos participativos son ya una realidad creciente en algunos países iberoamericanos, como Brasil, Argentina, Perú, Uruguay, Chile o Ecuador. En España algo más de veinte Ayuntamientos han declarado la puesta en marcha de presupuestos participativos, sin embargo no he podido encontrar información que indique el nivel de participación en los mismos o la calidad de su funcionamiento. La carencia de información es tal que en algunos casos ni siquiera he podido contrastar que efectivamente están funcionando.


Conclusión

Supongo que ahora se podrá entender por qué indicaba, al comienzo del escrito, que el sistema de participación de Ciudad Real es modélico: un modelo de tergiversación, de falta de transparencia y de despropósitos encadenados.

La conclusión a la que inevitablemente se llega es que este sistema de supuesta participación ciudadana está diseñado específicamente contra la participación ciudadana. Su objetivo real es vestir con un disfraz de legitimidad democrática las decisiones del gobierno local, asociándolas a una presunta voluntad de los ciudadanos que, realmente, va a ser cuidadosamente filtrada para que no perturbe los planes preconcebidos de los políticos.

Sin embargo, a pesar de todo ello, no quiero finalizar dejando la impresión de que se debe ignorar los distintos procesos “participativos” de los municipios. En absoluto. Eso sería seguir el juego de los políticos. Mi sugerencia es que hay que participar en ellos y, desde ahí, hacer todo lo posible para que el poder de decisión se traslade, de las manos de los políticos, a las de quién debe poseerlo en las democracias: los ciudadanos.

lunes, diciembre 29, 2008

El futuro de la educación en Castilla-La Mancha

La Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha está elaborando, en estos momentos, una Ley de Educación propia, castellano-manchega. La finalidad de esta ley no es otra que dar el respaldo legal necesario al brillante camino emprendido por nuestras autoridades regionales desde que, hace ya nueve años, asumieran las competencias en materia de educación, que se ha coronado exitosamente estos últimos años superando la cota del 30% de fracaso escolar. Nuestro sistema educativo es uno de los peores de España, lo que supone un gran logro, teniendo en cuenta que los diferentes sistemas educativos españoles están a su vez entre los peores de Europa.
Para obtener el máximo consenso posible en lo que a la elaboración de la Ley se refiere, la Consejería ha llevado a cabo una campaña de recogida de las aportaciones que los miembros de la comunidad educativa tuvieran a bien realizar. Todavía se pueden hacer propuestas aquí.
Una pequeña parte de la comunidad educativa ha respondido al ofrecimiento, y ha hecho una buena cantidad de sugerencias que podrían servir, de ser escuchadas, para arreglar un poco el soberano desaguisado que actualmente es nuestro sistema educativo regional.
Pero no caerá esa breva. Mucho me temo que el problema de nuestro sistema educativo no se va a resolver con esta Ley. Ni siquiera aunque contemplara las propuestas más necesarias de las realizadas por la comunidad educativa. Existen impedimentos demasiado grandes para ello.

Para empezar, los mandamases educativos hacen gala de una absoluta falta de autocrítica: están tremendamente satisfechos con su trabajo, y así lo repiten cada vez que tienen ocasión. El mensaje que transmiten es que, aun reconociendo que la situación del sistema educativo castellano-manchego es catastrófica, se está trabajando bien, incluso muy bien. La justificación de esta asombrosa afirmación es que antes la cosa era todavía peor -lo cual es, cuanto menos, discutible-, y que, en “sólo” nueve años la Junta no ha podido todavía mejorar suficientemente el deficiente sistema educativo que “heredó” del Estado español. Y es que en nueve años no da tiempo a nada, ya saben. Un instante insignificante.
Luego, puesto que lo están haciendo bien, no van a cambiar su forma de actuar.

Otra consecuencia de esta autocomplacencia es que no se buscan soluciones fuera. Puesto que lo hacemos bien, no necesitamos estudiar lo que hacen en otras partes, otros países, donde según esos malinterpretados informes PISA, la calidad de sus sistemas educativos es muy superior a la del nuestro.
Así que nada de ayudas externas.

Uno más. Existe un enorme desconocimiento de la situación real de nuestro sistema educativo, ya que sabemos que la situación es mala, pero no sabemos cuánto. Desde que la Junta decidió dejar de utilizar el informe PISA, el único dato que está manejando (al menos públicamente) es el número de suspensos y aprobados, el cual, como único indicador de la calidad del sistema educativo, es insuficiente. Al ser este número de aprobados el único indicador, el objetivo de la autoridad educativa es mejorar esa cifra, es decir, conseguir más aprobados. Y hay dos vías para obtener ese fin: la primera, elevando el nivel de formación de los alumnos; la segunda, bajando la exigencia a la hora de evaluarlos, o lo que es lo mismo, regalando los aprobados. La primera vía es difícil de conseguir, requiere voluntad, esfuerzo y capacitación; la segunda vía no requiere más que motivar ligeramente al profesorado para que suba las notas de los alumnos, aunque estos no mejoren, o incluso aunque empeoren. Adivinen cual de estas dos estrategias es la que está empleando la Consejería de Educación.

Se podría añadir mucho más, pero a grandes rasgos, están esbozados los motivos por los que la educación de nuestros alumnos no va a mejorar. Resumidos en uno, que no hay voluntad de que eso ocurra.

Pero eso no es lo peor. Lo más grave es que, en cierto modo, esta actitud negligente de las autoridades educativas está justificada, ya que, como comentó recientemente nuestro Director General de Personal Docente, tiene el respaldo de esa mayoría de votos recibida elección tras elección, desde hace ya 30 años. Este Sistema Educativo es como es porque una mayoría de castellano-manchegos así lo quiere, y así lo expresa en las urnas; o al menos, así lo permite. Y también se asume, en consecuencia, el daño que está causando, y el que va a causar, la incorporación a la vida de adulto de un creciente porcentaje de jóvenes cada vez más deficientemente formados.
En fin, esperemos que, por el bien de todos, por nuestro futuro, los castellano-manchegos cambien, lo antes posible, de parecer.

Me parece esencial que haya pordioseros ignorantes. No debemos instruir a la mano de obra, sino al buen burgués”. Voltaire.

Escolarizar no es lo mismo que instruir.

jueves, diciembre 04, 2008

El Terror

Por entonces la política reinaba en Roma; tenía por ministros a sus dos hermanas, la Trapacería y la Avaricia. Se veía a la Ignorancia, al Fanatismo y al Furor correr a sus órdenes por Europa; la Pobreza las seguía por todas partes; la Razón se escondía en un pozo con su hija la Verdad. Nadie sabía dónde estaba ese pozo; y, de haberlo sospechado, habrían bajado a él para degollar a la hija y a la madre.

Así describía François-Marie Arouet, alias Voltaire, la situación en la Europa de mediados del siglo XVIII, en su relato “Elogio histórico de la Razón”. Voltaire hacía referencia, fundamentalmente, a las acciones de ese enorme poder que suponía la Iglesia Católica en aquellos tiempos, en los que todavía la Inquisición seguía haciendo de las suyas. Voltaire fue, toda su vida, extremadamente crítico con la Iglesia, a la que culpaba, casi en exclusiva, de todos los males de su época.
Hoy, la Iglesia Católica no es la misma que antaño, y sin embargo, supongo que ese párrafo les habrá resultado tan familiar como a mí.
Esto es porque una parte de lo que se describe lo estamos viviendo cada día en esta España nuestra del tercer milenio, en la que la política reina, y sus ministros, hoy ministros y ministras, siguen siendo los mismos. También la ignorancia, el fanatismo y el furor siguen al servicio del poder imperante, tal y como ocurría entonces. Es cierto que la pobreza no es la misma que la que hace dos siglos y medio se extendía por la Francia de Voltaire: los avances tecnológicos y la globalización nos han permitido, hoy, trasladar esa miseria extrema lejos de nuestras casas, a otros continentes, a otros hombres y mujeres, asiáticos, africanos y sudamericanos; dejando a un lado, claro, algún que otro barrio marginal de nuestras grandes urbes y esos más de 8 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza “relativa”, en estos mismos momentos, en nuestro país. Pobreza que gracias a esta última crisis no va a ser tan “relativa”.
Fuera de España, esa misma descripción se ajusta, como un guante, a nuestro actual mundo globalizado, tan bien como se ajustaba a la Europa de entonces.

Pocos años después de que Voltaire escribiera su Elogio a la Razón, en Francia estalló la Revolución Francesa. Para muchos, fue el símbolo de la lucha del hombre por la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad. Pero también trajo consigo algo más, personificado en nombres como Marat, Danton y Robespierre: el Terror.
Y es que la pobreza, la ignorancia, el fanatismo, y el furor, siempre traen consigo al mismo acompañante indeseado.

Hoy convivimos cada día con el Terror. Unas veces lo vemos de lejos, en los países del tercer mundo azotados por el hambre y la miseria, la ignorancia y el fundamentalismo religioso. Pero otras veces lo sentimos en nuestras carnes. La semana pasada fue protagonista en La India. El pasado sábado, en Azcoitia. Nadie está completamente libre de que, algún día, ese tren o ese aeropuerto concreto, ese colegio, supermercado o calle, sean los suyos.

Para acabar con el Terror hay que evitar aquello que lo origina. Si no se ataca el mal en su raíz, no es posible acabar con él. Se puede llegar a atenuar por un tiempo, pero siempre volverá a rebrotar. Se puede apagar un fuego, pero no se dejarán de quemar los bosques mientras se sigan prendiendo otros fuegos.
Acabar con la pobreza es, a nivel global, el mejor punto de partida, y no sólo porque es una obligación moral: también es lo mejor desde un punto de vista puramente egoísta. Mientras un único ser humano padezca la falta de alimento, de agua potable, de medicamentos básicos, o de, en definitiva, una vida mínimamente digna, esa miseria continuará siendo caldo de cultivo del Terror. Hoy, gracias a esos avances tecnológicos y esa globalización, es posible acabar con la pobreza. Todas esas muertes, todo ese sufrimiento causado por la falta de recursos, es evitable. Y también, por ello, su existencia representa otra forma, mucho más deleznable, de Terror. Pongámosle fin, y cuanto antes, mejor.

No hay nada mejor para desincentivar el terrorismo, especialmente el suicida, que una vida digna de ser vivida.

sábado, noviembre 29, 2008

Paz, razón y libros

En una emotiva escena de una serie de romanos, emitida hace unos meses en una de nuestras televisiones, salió de los labios de un soldado romano una frase que me llamó la atención. El soldado iba a participar en una campaña bélica de la cual contaba con no regresar. Al despedirse de su hijo, Priso, para no volver a verlo nunca, le dijo lo siguiente: “Lee mucho, Priso, sé un hombre de paz y razón”.
Me gustó la asociación: leer-paz-razón. El soldado no sólo asocia la razón a la lectura. También le asocia la paz.
Y tiene motivos.
Leer proporciona conocimientos, cultura, sabiduría. Todo ello abre la mente del lector a otras formas de pensar, a otras ideas, a las motivaciones de otras personas diferentes a él, lejanas en el tiempo y en el espacio, pero cercanas en las páginas de un libro. Le abre la puerta a la aceptación de la diversidad humana. Le hace tolerante.
Pero leer también es una actividad, en sí misma, pacífica. Pocas cosas muestran menos agresividad que un lector ensimismado en las páginas de un libro. La actividad de leer emana calma, tranquilidad, armonía con en entorno. Habitualmente, no se lee en una situación de tensión, o de estrés.
Leer tampoco alimenta, como otras actividades, esos instintos atávicos que llevamos arraigados los humanos en nuestro código genético (competitividad y gregarismo), que generan, en muchas ocasiones, agresividad y violencia. No veremos nunca a una banda de hooligans partidarios de Stephen King atacar, armados con navajas y cadenas, a algún seguidor de las novelas de Paul Auster. Leer puede generar discusión, pero nunca agresión.
Y finalmente, leer también proporciona oportunidades. Tal vez ese podría haber sido el sentido que el guionista de la serie quiso darle a la frase del soldado: “lee, hazte un hombre de letras, y no tendrás que ganarte la vida causando la muerte, luchando como soldado en las guerras de otros, hasta perderla a manos de otro esclavo de las armas, como tu padre”. La práctica de la lectura se convierte en capacidad, y esta en oportunidad… para aprender, de los libros, de los manuales, nuevas habilidades, nuevas destrezas, nuevos oficios. Leer proporciona más alternativas para ganarse el pan, y con ello, seguridad, tranquilidad, independencia.
Cuántas cosas se pueden encontrar entre las páginas de un libro.
Así que, por ello, me voy a permitir, desde estas líneas, hacer eco de las sabias palabras de ese ficticio soldado. Lean, y motiven a sus hijos a que lo hagan. No importa que sean libros, tebeos, cómic o manga. No importa si es en papel o en soporte digital. No importa si es un producto extranjero, como el Harry Potter de J. K. Rowling, o si escogemos la maravillosa fantasía de nuestra Laura Gallego. No importa si son Best Seller o libros de autores desconocidos. No importa si es prosa o poesía, novela o divulgación, novela negra o novela romántica, clásicos o contemporáneos. Basta, simplemente, con que se disfrute de la lectura. Y así, después de un libro, vendrá otro. Y otro. Y con ellos, todo lo que los libros traen consigo.
Lean muchos libros, sean humanos de paz y razón. Leamos muchos libros, creemos una sociedad de paz y razón.

viernes, octubre 24, 2008

El dilema del prisionero

“La policía arresta a dos delincuentes que han cometido juntos un delito. No hay pruebas suficientes para condenarlos. Tras haberlos separado, les ofrece el mismo trato: Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, 10 años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos permanecen callados, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante 6 meses por un cargo menor. Si ambos confiesan, los dos serán condenados a 6 años.”


Este problema es uno de los ejemplos más conocidos de un área de las matemáticas llamada teoría de juegos, que trata de modelar la forma en la que los humanos tomamos las decisiones cuando hay terceros implicados. Es el campo al que se dedicó el premio Nobel John Nash, cuya vida inspiró la película “Una mente maravillosa”, interpretada por Russell Crowe.
Fue precisamente Nash el que mostró que los dos prisioneros optarían, en el llamado “equilibrio de Nash”, por traicionar al otro, a pesar de que, si los dos callaran, sería más beneficioso para ellos. Simplificando, la explicación es que así toman una decisión que supone el mal menor de todos los posibles dependiendo exclusivamente de sí mismos. Si confían en su compañero y este les traiciona podrían estar 10 años en la cárcel, así que, al traicionarle a su vez, se aseguran que en el peor de los casos sólo estarán 6 años.

Pese a la poca relevancia que aparentemente pueda tener algo llamado “teoría de juegos”, resulta que esta rama de la matemática tiene importantes aplicaciones en la vida real, en campos tan diferentes como economía, biología, filosofía, estrategia militar, ética, informática… y, como no, en política. Como muestra, este otro “dilema del prisionero” que vivimos periódicamente en nuestro país:

Varios millones de ciudadanos se enfrentan, cada cuatro años, a la toma de una decisión: qué hacer con su voto en las elecciones. Se les plantean dos opciones: la de votar a un partido político asumido como malo (cada vez menos españoles piensan ya que los políticos hacen bien su trabajo) o votar a otro presentado por los medios de comunicación como catastróficamente peor (los partidos concretos varían dependiendo del medio por el que el ciudadano se guíe). También tienen la opción de votar a partidos alternativos o votar en blanco, aunque es desincentivada desde los medios con la casi total ausencia de información sobre las otras alternativas existentes.




En este dilema de los votantes, el equilibrio de Nash se alcanza con el decantamiento mayoritario por el mal menor, esto es, el voto al menos malo de entre los partidos “oficiales” promovidos por los medios. A pesar de que, si todos los ciudadanos votaran a partidos alternativos, terminarían por librarse de aquellos reconocidamente perniciosos, en mayor o menor medida, para todos (sería el bien mayor, salir libre), el votante no se decide por esa vía, porque para tener éxito depende de la colaboración del resto de los ciudadanos, de los cuales, desgraciadamente, no se fía. Por ello, ese votante no osa correr el riesgo de votar alternativo, restando así votos al partido “menos malo” (mal menor, la condena de 6 años) en su lucha contra ese partido al que se teme o aborrece más que a nada en el mundo (el mal mayor, la condena de 10 años).

Y esta estrategia de manipulación de los ciudadanos funciona. Su éxito se basa en tres factores clave:

1) El primero, los gobiernos y los políticos de los distintos partidos deben ser malos, rematadamente malos. Así, los medios de comunicación pueden dividirse el papel de demonizar a unos o a otros, con motivos sobrados para ello (con lo que las críticas son creíbles y veraces); tan sólo tienen que incidir más en los errores de unos y atenuar los de otros para que el ciudadano que sigue ese medio caiga en la trampa de considerar que unos son “menos malos” que los otros. Además, la crítica recíproca crea una falsa pero necesaria sensación de pluralismo político.
Y bueno, si un partido lo hiciera bien, destacaría tanto que se llevaría todos los votos y acabaría con el dilema, con el otro partido, con el bipartidismo, y, de paso, con la partitocracia. No es una opción.
Los políticos actuales no tienen ninguna dificultad en dar adecuado cumplimiento a este requisito.

2) El segundo aspecto clave es mantener a los ciudadanos enfrentados unos con otros, ya que la forma de evitar el perjuicio de estos “dilemas de prisioneros” es la cooperación mutua. Si los delincuentes cooperan, ambos salen libres casi sin condena; se supone que no lo van a hacer porque son delincuentes y, lógicamente, no se fían el uno del otro. Si los ciudadanos cooperásemos, nos haríamos con el poder, ese que corresponde al ciudadano en los sistemas democráticos. Pero como los ciudadanos, en general, no somos delincuentes, hay que evitar de otra forma que nos pongamos de acuerdo. Para eso están esa acritud, enfrentamiento y “mala sangre” que cada día está presente en los medios de comunicación: rojos contra azules, izquierdas contra derechas, nacionalistas contra no nacionalistas, católicos contra laicos… los medios vierten el veneno necesario para mantener enfrentados a suficientes ciudadanos como para que nunca lleguen a plantearse siquiera cooperar.

3) Y el tercer factor clave: la ignorancia. Mantener una ciudadanía lo más desinformada posible, ignorante de los tejemanejes del poder, democráticamente inmadura y, también, si se puede, lo más idiotizada posible. Cuanto más, mejor.
Nuestro sistema educativo y la televisión son fundamentalmente los medios escogidos para cumplir con este objetivo.

Así, manteniendo las condiciones necesarias, se consigue que millones de españolitos tomen cíclicamente la misma decisión ante el mismo dilema, eligiendo, una y otra vez, a los partidos “menos malos”, los cuales siguen en el poder. La alternativa, el reemplazar a nuestra actual clase política por políticos honrados y competentes, esta bloqueada, porque somos incapaces de tomar, mayoritariamente, como pueblo unido, una decisión diferente a la que estamos predispuestos, por naturaleza, a tomar.
Tal y como está previsto y estudiado e, incluso, matemáticamente modelado.

Panorama desolador, otra vez. No me quito este pesimismo de encima…

En fin, termino con una propuesta por si este análisis puede, quién sabe, ayudar en algo: sabiendo lo que hacen con nosotros, podemos cambiar nuestra forma natural de responder. Podemos, simplemente, cooperar.
Una forma de hacerlo: elegir una opción de voto que, aunque sea inútil si somos pocos los implicados, sea útil si la escogen millones, si cooperamos millones. Mi opción es el voto en blanco computable, pero pueden valer otras. No la abstención, que ya es utilizada por millones de ciudadanos sin producir efecto. No los partidos o políticos que salen por la tele, que son los oficiales. Cualquiera de los demás, los desconocidos. O el voto en blanco.
Si muchos cooperamos, funcionará. Si no es así, no funcionará. Pero realmente no tenemos nada que perder: en el peor de los casos, ganarán los de siempre, seguiremos igual, cuatro años más en este demencial “equilibrio de Nash”.

Así que, por mi parte, al menos, desde este humilde y desconocido rincón de Internet, proclamo mi intención de cooperar. Hagan lo que hagan los demás. Sirva o no sirva de algo. Mi posición es y será, para siempre, la de COOPERAR.