Tras el fracaso de Cospedal en su intento de privatización de Centros de Salud públicos, el nuevo gobierno de Castilla-La Mancha, siguiendo la estela de Andalucía, Asturias y Cataluña, planea continuar por otra vía la política de mercantilización de la Sanidad, por medio de la implantación de lo que se conoce como Gestión Clínica.
El Consejo de Salud
de Tomelloso organizó ayer sábado por la mañana, en la Casa de la Cultura, la charla “Contra las Unidades de Gestión Clínica: Tu salud no es un negocio”, para
informar sobre esta práctica de gestión de los
centros sanitarios y de sus consecuencias para la salud de los
castellanomanchegos.
En la primera parte
del acto, Juan Antonio Gómez Liebana, de la Coordinadora Anti-Privatización de la Sanidad Pública de Madrid (CAS-Madrid),
explicó que la Gestión Clínica consiste, fundamentalmente, en
trasladar a los médicos la gestión del presupuesto de sus Centros
Sanitarios, estableciéndoles objetivos de ahorro económico,
incentivándoles con un sobresueldo en caso de cumplir con esos
objetivos.
En la práctica, la
Gestión Clínica acaba por convertirse en una reducción progresiva
del gasto económico por paciente, lo cual se consigue a costa de
empeorar la calidad de la atención sanitaria, recortando en
personal, medicamentos, derivaciones a especialistas, pruebas
diagnósticas... con las funestas consecuencias que todo ello implica
sobre la salud de los pacientes.
Básicamente, se
traslada a los médicos hacer el “trabajo sucio” de los recortes
en Sanidad, compensándolos con un goloso incentivo económico, lo
cual hace que muchos acepten la implantación de este sistema de gestión. Por ese motivo, en general, no van a ser los médicos los
que se opongan a este modelo; y, en consecuencia, vamos a tener que
ser los usuarios y paganos de los Servicios de Salud, esto es, los
castellanomanchegos de a pie, los que peleemos por impedir la
implantación de las Unidades de Gestión Clínica en nuestra región.
Apuntó además que la
aplicación de los modelos empresariales a la gestión sanitaria se
está haciendo con la connivencia de todos los partidos políticos,
sin tener en cuenta su color, ideario o programa. En diferentes
comunidades los diferentes gobiernos están aplicando las reformas,
apoyándose en leyes estatales que ninguno cuestiona, como la Ley
15/1997.
Esto es, ningún partido político nos va a ayudar en esto. Somos los ciudadanos los que tenemos que
movilizarnos y actuar directamente en defensa de nuestra salud -y de nuestras
vidas-.
Juan Antonio también
matizó que lo que se pretende con este modelo no es reducir el coste
total del Sistema Sanitario: solamente se ahorra en el concepto de
gasto económico por paciente, pero no en otras partidas
presupuestarias como la del gasto global en Farmacia o en
derivaciones a centros privados, que incluso podrían incrementarse.
Esto es, el dinero que se recorte en atención a los pacientes no
necesariamente nos lo ahorraremos los restantes castellanomanchegos
ni se aprovechará mejor, sino que, muy probablemente, acabará en
los bolsillos de los cuatro de siempre.
Finalmente resaltó
la casi nula atención de los gobiernos a los determinantes de la
salud: la contaminación, los químicos que ingerimos o respiramos
cada día, la pobreza, la precariedad, el estrés... factores estos sobre los que no se actúa ni se destinan apenas recursos económicos,
y que sin embargo, junto a nuestra biología, son la causa de la muerte anticipada de 9 de cada
10 personas.
Esto es, se destina dinero y recursos -cada vez menos- a paliar la enfermedad una vez esta aparece, pero no se destina ni dinero ni recursos a evitar la aparición de la enfermedad. Más bien hacen todo lo contrario: los gobiernos contribuyen -y mucho- a empeorar el medio ambiente y la calidad de vida de las personas.
Esto es, se destina dinero y recursos -cada vez menos- a paliar la enfermedad una vez esta aparece, pero no se destina ni dinero ni recursos a evitar la aparición de la enfermedad. Más bien hacen todo lo contrario: los gobiernos contribuyen -y mucho- a empeorar el medio ambiente y la calidad de vida de las personas.
En la segunda
charla, Roberto Colino, que se autodefine como un “médico de
pueblo” de los de antes, habló de una de las consecuencias de la
mercantilización de la Sanidad: la aplicación de forma masiva de
pruebas, tratamientos o medicamentos que no sólo no mejoran la salud
de las personas, sino que incluso son perjudiciales -algunos
mortales-, pero que a cambio dejan importantes beneficios económicos
a la industria hospitalaria y farmacéutica privada. Por ejemplo,
algunas vacunas (papiloma o gripe), los tratamientos contra el "colesterol malo", las mastectomías e irradiaciones preventivas a mujeres
sanas... incluso la invención de enfermedades inexistentes para
recetar fármacos a personas que no los necesitan, como la
hiperactividad: ni los niños son respetados.
Finalmente destacó
la falta de cohesión como primera causa de la escasez de respuesta
de la sociedad: hemos perdido la conciencia de grupo, de comunidad,
lo cual hace que seamos incapaces de unirnos para responder con
fuerza suficiente ante esta agresión que todos estamos sufriendo.
Tras varias
intervenciones de los asistentes, los ponentes concluyeron el acto
haciendo un llamamiento para que demos la máxima difusión al
conocimiento de lo que son las Unidades de Gestión Clínica y nos
organicemos para impedir su implantación en Castilla-La Mancha.
Para ampliar
información: documento en la página de CAS-Madrid sobre las Unidades de Gestión Clínica.
También en vídeo.
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