Ya en el año 2004,
en su distopía “Globalia”*, Jean-Christophe Rufin nos anticipaba
dónde conduce el camino que sigue desde hace tiempo nuestro mundo
globalizado. Entre otros aspectos, Rufin presenta un mundo futuro dividido
en dos: un reducido Primer Mundo, concentrado en un único Estado global -"Globalia"-, rico y "civilizado",
absolutamente blindado frente al restante Tercer Mundo, pobre y salvaje,
separados ambos por muros, cúpulas y barreras infranqueables.
Ojo, infranqueables
para las personas del tercer mundo, no al revés, y tampoco para los
recursos naturales o manufacturados, que seguirán fluyendo desde el
tercer mundo al primero: el expolio no parará hasta que no quede
nada que saquear.
No es que Rufin
estuviera descubriendo la piedra filosofal. Siempre ha sido algo
evidente.
Y es que es de cajón
que un mundo donde las desigualdades -y por tanto, la injusticia- son
cada vez mayores, un mundo donde los ricos son cada vez más ricos, y
los pobres son cada vez más y más pobres**, ese mundo, esa
sociedad, no puede mantenerse unida y cohesionada como si todo fuera
maravilloso. Llega un punto en el que, para poder seguir aumentando
la desigualdad y la injusticia, los ricos se tienen que proteger de
los pobres.
Y cuando digo
proteger, no sólo me refiero al riesgo físico, sino también a la
conciencia, incluso a la estética. Se trata de que todo siga igual
-de bien para algunos, de mal para la mayoría-, pero sin que los
ricos tengan que sufrir las consecuencias negativas de lo que hay que
hacer para mantener y hacer crecer su privilegiado nivel de vida. Lo
más "desagradable" debe hacerse y quedar fuera, y lejos, lo más lejos posible. Y los pobres,
lo mismo***.
Para eso están los
muros.
Hoy, algunos ponen
el grito en el cielo, o se sorprenden, ante el discurso del
megalómano neofascista Presidente Trump. Que dice que va a levantar
un muro entre USA y Méjico.
Y yo me pregunto... ¿qué tiene eso de extraño? ¿Qué tiene de sorprendente?
Trump no está haciendo nada inesperado. Tan sólo está siguiendo la misma hoja de ruta que todos los demás presidentes y líderes políticos, de USA y del resto del mundo, están siguiendo hace ya muchos años. Hace lo mismo que los demás. ¿Acaso no está el mundo lleno de fronteras, muros y vallas electrificadas, separando los países “ricos” de los pobres? ¿Acaso en nuestra “democrática” Unión Europea los inmigrantes tienen acceso libre?
Y yo me pregunto... ¿qué tiene eso de extraño? ¿Qué tiene de sorprendente?
Trump no está haciendo nada inesperado. Tan sólo está siguiendo la misma hoja de ruta que todos los demás presidentes y líderes políticos, de USA y del resto del mundo, están siguiendo hace ya muchos años. Hace lo mismo que los demás. ¿Acaso no está el mundo lleno de fronteras, muros y vallas electrificadas, separando los países “ricos” de los pobres? ¿Acaso en nuestra “democrática” Unión Europea los inmigrantes tienen acceso libre?
Trump hace lo que le
toca hacer, como los demás políticos que acceden al Poder. Como
Merkel, Putin o Rajoy. Como Sánchez, Rivera, Iglesias o Garzón.
Están ahí para cumplir un programa, y lo cumplen.
El problema no se
llama Donald Trump. El problema es el Sistema. El problema es la
sociedad injusta y despiadada que cada día ayudamos a mantener.
Donald Trump, y su
muro, son sólo una consecuencia. Una más, entre muchas.
No estamos peor hoy
con Trump de Presidente USA, que hace un año con Obama. Estamos peor
porque la sociedad que estamos construyendo es así. Cada vez más
injusta, cada vez más desigual, hasta que, por un lado o por otro,
reviente. Una vez más.
Y eso es lo que
debería asustarnos. Y mucho. No Donald Trump.
P.D. Hablando de
muros, ¿qué tal los nuestros en Ceuta y Melilla? Y con cuchillas,
ojo, para que hagan más daño. En crueldad no nos gana nadie. ¡Que
supere eso Trump!
P.D.2 Y sin ir tan
lejos, si alguien quiere ver muros de separación entre ricos y
pobres, no tiene más que darse un paseo, por ejemplo, por la zona
más exterior del barrio de Los Rosales de nuestra capital. Los
potentados locales se protegen de la sucia y molesta plebe
ciudadrealita.
P.D.3 Si es que hay
muros hasta en mi comunidad de vecinos. Y eso que es VPO.
Muros, muros y más
muros.
¿El muro de Trump?
Más de lo mismo.
Ninguna novedad.
* Merece mucho la pena leer la novela de Rufin. Es ficción, pero ahí está plasmado el futuro de nuestro actual mundo globalizado. Para mí, como “1984” o “Un mundo feliz”, imprescindible.
** Para que unos
acumulen más otros tienen que tener menos, son matemáticas
elementales.
*** Menos aquellos
que se precisen como mano de obra precaria o semi-esclava. Esos pasarán, con muro o sin él.