sábado, enero 28, 2017

El muro

Ya en el año 2004, en su distopía “Globalia”*, Jean-Christophe Rufin nos anticipaba dónde conduce el camino que sigue desde hace tiempo nuestro mundo globalizado. Entre otros aspectos, Rufin presenta un mundo futuro dividido en dos: un reducido Primer Mundo, concentrado en un único Estado global -"Globalia"-, rico y "civilizado", absolutamente blindado frente al restante Tercer Mundo, pobre y salvaje, separados ambos por muros, cúpulas y barreras infranqueables.
Ojo, infranqueables para las personas del tercer mundo, no al revés, y tampoco para los recursos naturales o manufacturados, que seguirán fluyendo desde el tercer mundo al primero: el expolio no parará hasta que no quede nada que saquear.

No es que Rufin estuviera descubriendo la piedra filosofal. Siempre ha sido algo evidente.
Y es que es de cajón que un mundo donde las desigualdades -y por tanto, la injusticia- son cada vez mayores, un mundo donde los ricos son cada vez más ricos, y los pobres son cada vez más y más pobres**, ese mundo, esa sociedad, no puede mantenerse unida y cohesionada como si todo fuera maravilloso. Llega un punto en el que, para poder seguir aumentando la desigualdad y la injusticia, los ricos se tienen que proteger de los pobres.

Y cuando digo proteger, no sólo me refiero al riesgo físico, sino también a la conciencia, incluso a la estética. Se trata de que todo siga igual -de bien para algunos, de mal para la mayoría-, pero sin que los ricos tengan que sufrir las consecuencias negativas de lo que hay que hacer para mantener y hacer crecer su privilegiado nivel de vida. Lo más "desagradable" debe hacerse y quedar fuera, y lejos, lo más lejos posible. Y los pobres, lo mismo***.
Para eso están los muros.

Hoy, algunos ponen el grito en el cielo, o se sorprenden, ante el discurso del megalómano neofascista Presidente Trump. Que dice que va a levantar un muro entre USA y Méjico.
Y yo me pregunto... ¿qué tiene eso de extraño? ¿Qué tiene de sorprendente?

Trump no está haciendo nada inesperado. Tan sólo está siguiendo la misma hoja de ruta que todos los demás presidentes y líderes políticos, de USA y del resto del mundo, están siguiendo hace ya muchos años. Hace lo mismo que los demás. ¿Acaso no está el mundo lleno de fronteras, muros y vallas electrificadas, separando los países “ricos” de los pobres? ¿Acaso en nuestra “democrática” Unión Europea los inmigrantes tienen acceso libre?
Trump hace lo que le toca hacer, como los demás políticos que acceden al Poder. Como Merkel, Putin o Rajoy. Como Sánchez, Rivera, Iglesias o Garzón. Están ahí para cumplir un programa, y lo cumplen.

El problema no se llama Donald Trump. El problema es el Sistema. El problema es la sociedad injusta y despiadada que cada día ayudamos a mantener.
Donald Trump, y su muro, son sólo una consecuencia. Una más, entre muchas.

No estamos peor hoy con Trump de Presidente USA, que hace un año con Obama. Estamos peor porque la sociedad que estamos construyendo es así. Cada vez más injusta, cada vez más desigual, hasta que, por un lado o por otro, reviente. Una vez más.
Y eso es lo que debería asustarnos. Y mucho. No Donald Trump.



P.D. Hablando de muros, ¿qué tal los nuestros en Ceuta y Melilla? Y con cuchillas, ojo, para que hagan más daño. En crueldad no nos gana nadie. ¡Que supere eso Trump!

P.D.2 Y sin ir tan lejos, si alguien quiere ver muros de separación entre ricos y pobres, no tiene más que darse un paseo, por ejemplo, por la zona más exterior del barrio de Los Rosales de nuestra capital. Los potentados locales se protegen de la sucia y molesta plebe ciudadrealita.

P.D.3 Si es que hay muros hasta en mi comunidad de vecinos. Y eso que es VPO.

Muros, muros y más muros.
¿El muro de Trump?
Más de lo mismo. Ninguna novedad.



* Merece mucho la pena leer la novela de Rufin. Es ficción, pero ahí está plasmado el futuro de nuestro actual mundo globalizado. Para mí, como “1984” o “Un mundo feliz”, imprescindible.

** Para que unos acumulen más otros tienen que tener menos, son matemáticas elementales.

*** Menos aquellos que se precisen como mano de obra precaria o semi-esclava. Esos pasarán, con muro o sin él.