martes, octubre 13, 2015

¿Te gusta la fruta podrida?

Han abierto una frutería nueva junto al portal de tu casa.
La primera vez, el frutero te vende fruta podrida.
Vuelves otra vez. La fruta vuelve a estar podrida.
Le das una tercera oportunidad. Es cómodo, tienes la tienda al lado de tu casa, quieres que la tienda funcione.
Vuelve a estar podrida.

Nadie en su sano juicio volvería una cuarta vez, ¿no? Es de sentido común.


Y sin embargo, ese sentido común desaparece cuando hablamos de política.

El frutero es el Régimen del 78.
La fruta son los partidos políticos.
Fruta podrida, una y otra vez.

Y millones de personas vuelven a comprarle fruta podrida al mismo frutero, una y otra vez.

Hay motivos para que esto ocurra, claro. Este frutero cuenta con una apisonadora mediática para hacer propaganda de su tienda. No la tiene nadie más.

Y cuenta con al menos otra ventaja fundamental. Es cómodo comprar en esta frutería. Comodísimo. Basta con echar un papelito a una urna cada cuatro años. Y a esperar sentado que otros hagan tu trabajo: gobernar, como Pueblo.
Pero no lo hacen, claro. Lo que hacen es vivir a costa del Pueblo.



Como alternativa, existe otra frutería. Pero está en el otro extremo de la ciudad. Hay que buscarla. Y no sólo eso, sino que si compras fruta allí, a veces te toca trabajar en los campos para garantizar que la fruta es buena.

Que la fruta de esta otra frutería es excelente. Ecológica. Sana.

Pero cuesta más conseguirla. Y no se menciona en los grandes medios de comunicación: la gran mayoría de la gente, ni la conoce.

Democracia directa. Autogestión. Con trabajo, esfuerzo, sacrificio. Buenos frutos.

Régimen del 78. Partidos políticos. Lo cómodo. Fruta podrida.

Dos opciones a elegir.

Tú dirás.

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