sábado, noviembre 29, 2008

Paz, razón y libros

En una emotiva escena de una serie de romanos, emitida hace unos meses en una de nuestras televisiones, salió de los labios de un soldado romano una frase que me llamó la atención. El soldado iba a participar en una campaña bélica de la cual contaba con no regresar. Al despedirse de su hijo, Priso, para no volver a verlo nunca, le dijo lo siguiente: “Lee mucho, Priso, sé un hombre de paz y razón”.
Me gustó la asociación: leer-paz-razón. El soldado no sólo asocia la razón a la lectura. También le asocia la paz.
Y tiene motivos.
Leer proporciona conocimientos, cultura, sabiduría. Todo ello abre la mente del lector a otras formas de pensar, a otras ideas, a las motivaciones de otras personas diferentes a él, lejanas en el tiempo y en el espacio, pero cercanas en las páginas de un libro. Le abre la puerta a la aceptación de la diversidad humana. Le hace tolerante.
Pero leer también es una actividad, en sí misma, pacífica. Pocas cosas muestran menos agresividad que un lector ensimismado en las páginas de un libro. La actividad de leer emana calma, tranquilidad, armonía con en entorno. Habitualmente, no se lee en una situación de tensión, o de estrés.
Leer tampoco alimenta, como otras actividades, esos instintos atávicos que llevamos arraigados los humanos en nuestro código genético (competitividad y gregarismo), que generan, en muchas ocasiones, agresividad y violencia. No veremos nunca a una banda de hooligans partidarios de Stephen King atacar, armados con navajas y cadenas, a algún seguidor de las novelas de Paul Auster. Leer puede generar discusión, pero nunca agresión.
Y finalmente, leer también proporciona oportunidades. Tal vez ese podría haber sido el sentido que el guionista de la serie quiso darle a la frase del soldado: “lee, hazte un hombre de letras, y no tendrás que ganarte la vida causando la muerte, luchando como soldado en las guerras de otros, hasta perderla a manos de otro esclavo de las armas, como tu padre”. La práctica de la lectura se convierte en capacidad, y esta en oportunidad… para aprender, de los libros, de los manuales, nuevas habilidades, nuevas destrezas, nuevos oficios. Leer proporciona más alternativas para ganarse el pan, y con ello, seguridad, tranquilidad, independencia.
Cuántas cosas se pueden encontrar entre las páginas de un libro.
Así que, por ello, me voy a permitir, desde estas líneas, hacer eco de las sabias palabras de ese ficticio soldado. Lean, y motiven a sus hijos a que lo hagan. No importa que sean libros, tebeos, cómic o manga. No importa si es en papel o en soporte digital. No importa si es un producto extranjero, como el Harry Potter de J. K. Rowling, o si escogemos la maravillosa fantasía de nuestra Laura Gallego. No importa si son Best Seller o libros de autores desconocidos. No importa si es prosa o poesía, novela o divulgación, novela negra o novela romántica, clásicos o contemporáneos. Basta, simplemente, con que se disfrute de la lectura. Y así, después de un libro, vendrá otro. Y otro. Y con ellos, todo lo que los libros traen consigo.
Lean muchos libros, sean humanos de paz y razón. Leamos muchos libros, creemos una sociedad de paz y razón.