domingo, diciembre 09, 2007

Un cuentecillo

Hablando un día de lo mal que está lo de encontrar vivienda en España, un amigo mío, extranjero, que había venido aquí por negocios, tal vez para intentar animarme, me contó la que había sido su experiencia en su país, ya que allí la situación de la vivienda es mucho peor que la nuestra. Esta es la conversación que tuvimos:

- Después de 39 años de vivir con mis padres –empezó-, pude por fin plantearme adquirir una vivienda propia. Puesto que es una compra importante, decidí informarme bien y estudiar primero todas opciones.
En mi ciudad hay dos grandes empresas inmobiliarias que controlan casi todo el mercado –continuó-. Se llaman inmobiliaria R e inmobiliaria A. Unos conocidos míos habían adquirido una vivienda de una de ellas, R, así que les pregunté. Me contaron que sus viviendas, las de sus vecinos, y todas las que vendía R eran horribles. Desperfectos por todas partes, grietas, goteras, suelos levantados, paredes de papel, problemas con la instalación eléctrica, las tuberías, la calefacción... un desastre, vamos. Y además la inmobiliaria no arreglaba nunca los desperfectos. Ni denunciándola. En mi país hay mucha corrupción, ya sabes, y la Justicia no toca a las poderosas empresas inmobiliarias.
Pensé entonces en dirigirme a la otra inmobiliaria, A. Sin embargo, sorprendentemente, mis conocidos me lo desaconsejaron, diciéndome que A era todavía peor, que sus viviendas estaban tan mal construidas que iban a derrumbarse sobre sus pobres ocupantes de un momento a otro y, además, R pintaba las paredes de un rosa pastel muy bonito.
Puesto que también tenía unos conocidos que habían adquirido sus viviendas en la otra inmobiliaria, A, acudí a ellos. Sus casas estaban en tan penoso estado como las de R, con sus grietas, goteras, etc., e igualmente no había expectativas de que las repararan. Aunque no se había derrumbado ninguna, hasta el momento.
Ante el estado de indecisión que me invadió, estos otros conocidos me aconsejaron que comprase mi vivienda en A, como ellos, porque, aunque efectivamente había muchos desperfectos, R era todavía peor, sus edificios se iban a derrumbar en cualquier momento. Y además A pintaba las paredes con un azul pastel muy bonito.
Espantado, intenté entonces recurrir a otras inmobiliarias, más pequeñas, pero apenas podían construir y, según me informaron, “tenían todo vendido para los próximos 30 años”.
- ¿Y qué decisión tomaste finalmente, compraste a A o a R?- Le pregunté, intrigado, ya que, ante ese panorama, no veía otras alternativas. Mi amigo, que tiene muy mala idea, me respondió con otra pregunta.
- Tengo entendido que dentro de unos meses tienes elecciones generales en tu país. ¿A quién vas a votar, al PSOE o al PP?

Al final conseguí descubrir lo que hizo mi amigo: se construyó, él mismo, su propia vivienda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No me parece mal la determinacion que tomo tu amigo, sin embargo, si eso me hubiera ocurrido a mi, yo me hubiera decidido por.......

Encontrar el mayor numero de amigos posible, y construir las casas que necesitaramos de forma conjunta, es decir, como una cooperativa, ya que ello seguramente nos posibilitaria aparte de solucionar este grave problema, el crecer como personas, ya que:

desde el principio y ante la necesidad de realizar un proyecto, seguro que saldrian las divergencias correspondientes entre nosotros, lo cual nos obligaria a la vez que nos enseñaria a aceptarnos como personas que caminamos hacia un mismo objetivo, a pesar de las discrepancias que pudieramos tener.

Aprenderiamos a dialogar, es decir a escuchar y a ser escuchados, necesitariamos pensar, opinar y finalmente y tras los debates correspondientes a decidir en Asamblea.

Si finalmente llegaramos a construir las casas, logicamente tendriamos tambien que asumir de forma colectiva y organizada, la administracion de las mismas, lo cual nos haria esforzarnos por cumplir los compromisos adquiridos ante los demas, asi como a dedicar parte de nuestro tiempo libre al servicio de la colectividad, desde la Administracion economica, hasta la limpieza y el arreglo de pequeñas averias etc. es decir, aprenderiamos igualmente a ser mas responsables y ademas.......

Bueno, pues eso, que yo creo que me decantaria por la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA jejejejeje

Anónimo dijo...

Se me ha olvidado la contraseña jajajajaja

Ocol dijo...

txuri, tal vez mi amigo hizo eso exactamente... es un buen final para el cuento.